Persiguiendo al Viento [Entrenamiento/Captura]

PV 15 VS KO

Salté sobre Eevee, ilusionada, tras aquel fulminante Ataque rápido lanzado sobre el Azurril, quien volvía con el rabo entre las piernas a las profundidades marinas. Me asaltó una pizca de culpa al verlo, aunque digamos que estaba demasiado contenta por la victoria como para volver a preocuparme por mi enemigo.
-¡Genial Eevee, has estado magnífica´- Sonreí, acariciando con suavidad el cuerpo del animal. Estaba algo magullada, así que procuré no tocar sus heridas y la deposité con cuidado dentro de la tienda de campaña que tanto me había costado arreglar.
-Está bien, ahora preparé algo de comer para todos, y luego podremos seguir con el entrenamiento, ¿te hace?- Eevee asintió, aunque se quedó descansado dentro de la tienda de campaña. Llamé a brasa para que preparara una hoguera y con los pocos ingredientes que tenía logré hacer un estofado medianamente decente. Brasa estaba a mi lado.-Creo que deberíamos cambiar de sitio... mañana, me refiero. No creo que vayamos a encontrar a Latias aquí.
Brasa inclinó la cabeza, creo que en voz alta no había explicado el motivo de mi visita.
-¡Ah, sí, Latias ha sido avistado, y después del encuentro con el chico ese del Mew y Raikou, siento envidia. Yo también quiero tener un legendario...- Expliqué, bajando con vergüenza la mirada.- Será complicado, pero... es que sería una leyenda- Susurré.
Brasa comprendió y asintió para sus adentros, haciendo que el fuego se elevara un poco y cubriera la base de la cazuela.
-Está bien, hora de comer.- Repartí cuencos con el estofado y comimos todos juntos, tras un rato de descanso volví a lanzar la caña al agua, dando lentos mordiscos a una manzana.
Necesitaba cambiar mi dieta, pronto.

-¡Pescado! Ha pescado un pez pez!- ¿entendéis ahora eso de que necesitaba cambiar mi dieta? Me estaba ilusionando le hecho de haber pescado un pez, cuando quería entrenar, cuando acababa de comer, lo que me interesaba era un pez.
Corrí otra vez a la hoguera, donde las brasas apenas se mantenían calientes, e insté a Brasa a volverlas a calentar. Un precioso Salmón se merecía volver a comer.
Quería comer pescado. Además, el otro que había pescado lo acabó comiendo Pichu, o Mareep. O alguien que no era yo, básicamente.
Lo preparé a la plancha, porque no tenía para más, aderezado con unas de las hierbas que crecían en la linde del bosque y cuyo aroma reconocía de la cocina de mi casa pese a que no era capaz de nombrarlas. De nuevo comimos con tranquilidad y aproveché que volvía a hacer sol para darme un baño junto a Eevee y Snivy, los únicos que quisieron entrar en el agua. Miss flotaba a nuestro alrededor y de tanto en cuando creaba ondas en la superficie del agua para salpicarnos, lo que nos hacía reír.
Volví a salir, Brasa estaba algo apartado y me miraba con la vista entrecerrada.
-Unas gotas no van a matarte...- Susurré, divertida, y lancé un par de gotas en su dirección con la mano. Brasa reculó y lo escuché frustrarse.-Está bien, lo siento. Aunque ni siquiera han llegado a tocarte, se han evaporado antes
No logré calmarlo, pero al menos se quedó a mi lado, secándome mientras yo intentaba pescar.

Un chillido de emoción me pudo cuando vi que volvía a picar muy rápido, ahora, con el estómago lleno, la emoción podía conmigo y se reflejaba en la pesca. Me giré y llamé a Mareep nada más reconocer la figura del pequeño Mudkip en el agua.
-Usa Trueno en cuanto emerja- Comenté. Mareep asintió y sentí cómo las chispas comenzaban a fluir por su cuerpo. Se hizo de noche, al menos momentáneamente, cuando las nubes de tormenta cubrieron el cielo.
Iba a ser un combate peculiar, lo vaticinaba.

PV 50 VS PV 50

Mudkip lanzó Pistola agua desde la superficie marina sin siquiera haber llegado a emerger del todo, lo que hizo saltar la alarma en Mareep, quien descargó el trueno. Como aún no había salido del todo del agua, el pokémon agua no recibió todo el daño que debería, pero sí que fue suficiente como para que saliera de un salto del borde del lago y mirara amenazante a Mareep.
Sonreí, Mareep antes había demostrado mucha potencia y esperaba que la modorra no hiciera mella en él.
-Ataca con trueno de nuevo, y procura que no vuelva a protegerse en el agua- A pesar de ser buen conductor, la electricidad no tenía un camino fijo ahí, por lo que todo el potente ataque se dispersaba en toda la superficie y no alcanzaba bien a Mudkip.
Pero bueno, dejemos las clases de física para otro momento. El combate sólo estaba empezando.

PV 35 VS PV 35

PV 30 VS KO

Mareep Evolucionando a Flaaffy



Se había hecho tan de noche a nuestro alrededor que desde luego me esperaba algo así. Es evidente que mentí, el combate empezó y finalizó tan rápido que casi me deja un regusto agridulce en el paladar. El sol volvió a salir a nuestro alrededor mientras el Mudkip volví a a duras penas al interior de la charca.
Y entonces, cuando pensaba felicitar a Flaaffy, vi que brillaba.
No es fácil confundir una evolución con un ataque eléctrico, pues el brillo que emite el eléctrico es más amarillento que aquel potente brillo blanco que se observaba en el claro. Sonreí, conteniendo la emoción en mi interior mientras veía el cuerpo de Mareep cambiar. Brasa se colocó a mi lado con preocupación, pero creo que también sabía lo que estaba pasando en realidad.
Cuando la luz se detuvo, ante nuestros sobreexcitados ojos apareció la figura de un flaafy en un majestuoso estado de salud. Brasa fue el primero en felicitar a Flaaffy por su evolución, corriendo sobre él y saltando. Yo me quedé en segundo plano, bostezando.
¿De verdad era tan de noche al principio del combate?
Volvimos a pescar y celebramos como se merecía (con algo que no era verdura) la evolución de Flaaffy. Luego estuvimos un buen rato tranquilamente tumbados antes de que guardara a mis pokémon en la pokéball y decidiera que era hora de irme a dormir.
No puedes quedarte parado si quieres perseguir el viento, y, como comenzaba a suponer, dar con Latias sería más difícil de lo que parecía. A la mañana siguiente guardé la maleta cuando casi estaba amaneciendo, me quedé sentada en el claro con gesto pensativo y, al final, dejé que el viento me guiara en mi próxima aventura.
Porque, para perseguir al viento, tienes que escucharle bien.