Menos mal aún soy joven [Entrenamiento/Captura]

Cambiar de regiones tan seguido no podía ser muy sano para este vago profesional, sin embargo extrañamente no podía quedarse quieto. De Kalos había viajado a Sinnoh, entre la espalda de Hut y personas que se ofrecían a darles un aventón. Tesselia no parecía llamar su atención y la saltaron como si realmente no existiera a pesar de todos los comentarios de los lugareños. "Pase por aquí señor, no se arrepentirá", "Debería visitar X lugar, es hermoso". Nope, él siguió y siguió sin detenerse por ningún motivo (era raro que llegara a su destino tan rápido).

Los últimos días los había dividido en pensar una nueva adquisición para el equipo y cual evolución de Eevee escogería. Había leído que sólo tenía tres y ahora resultaban ser muchas más. Era demasiada responsabilidad, por ahora sólo se restringiría a entrenarlo para que sea más fuerte todavía.

Al igual que en Kalos, un lugar llamó su atención en un panfleto. Valle eólico, se veía totalmente llamativo con sus hélices blancas girando en una foto panorámica. Simplemente tenía que visitarlo.

Se encontró con la sorpresa de que habían pokémon salvajes. Era extraño que pudiesen convivir con el ruido que estas hacían. No era muy molesto, quizás se habían acostumbrado. Corría una suave brisa que en verano era muy agradecida, hacía de la caminata algo muchísimo más agradable. -Es el ambiente perfecto para tener una batalla doble -se dijo a sí mismo. Sólo tenía tres pokémon ahora, Noctowl, Caterpie y Eevee al igual que el número de pokébolas vacías. Si jugaba bien sus cartas no tendría por qué comprar más. ¿Para qué tener un ejército si las batallas no iban a ser tan regulares? No era justo para los pokémon capturados.

Entró a un sector custodiado por dos pokémon. Se preparó para un inminente enfrentamiento, buscando las pokebolas que llevaba en su cinturón.

Los pokémon enemigos no se veían demasiado poderosos. De hecho hasta parecían adorables. Era la oportunidad perfecta para entrenar a Eevee y hacer que Caterpie peleara su primera batalla. -Eevee, Caterpie, ¡yo los elijo! -su convivencia con el primero no había mejorado mucho. Varias veces había intentado forjar una mejor relación sin éxito. Ojalá que esta batalla mejorara las cosas para ambos, no podía ser muy sana la relación que tenían. Y Caterpie… bueno, el no parecía quererle ni odiarle. Simplemente se arrastraba por ahí haciendo sonidos tiernos. Esperaba que fueran de alegría-. Ustedes pueden chicos, ganen esta pelea.

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Eevee sabía exactamente qué hacer. Su cuerpo se movió ágil por el campo hacia su enemigo y mientras este no se lo esperaba, fue atacado con Golpe Cuerpo. Casi como una respuesta rápida, Pachirisu reaccionó con Chispa. No pareció afectarle mucho y el zorro se alejó precavido. La descarga no había dejado daños mayores. Parecía estar menos dañado que el ratón eléctrico.

Caterpie fue otra cosa. Dejando a Eevee hacer lo que se le diera en gana, Victor se centró en darle órdenes al gusano. -Usa Picadura, Caterpie -el pokémon se acercó a velocidad caracol al enemigo. Bidoof no pareció tomárselo en serio y dejó que llegara para atacarlo con Placaje. Al menos el bicho pudo usar su movimiento mientras el otro efectuaba su retirada.

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El zorro seguía haciendo lo que se le daba la gana. Victor se sentía rechazado pues este no le necesitaba para pelear en las batallas. -E… Eevee, podrías usar Mordisco -sugirió en tono bajo para que no lo escuchara… después de todo no seguiría su sugerencia. Saltó hacia el oponente y lo golpeó con Ataque rápido, aprovechando la velocidad de este para retirarse. Pachirisu usó Chispa nuevamente, teniendo el mismo resultado anterior.

-Caterpie, usa Placaje -dijo al voltearse a esa pelea. Caterpie usó sus hilos para anclarse al enemigo y agarrar velocidad. Pudo atacar, estando cabeza con cabeza con el Bidoof salvaje. Había igualado en algo la batalla y eso esperanzó a Victor con el resultado-. Muy bien hecho Caterpie.

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Sentía que esta batalla ya se había ganado. Eevee creía lo mismo, al parecer, pues se acercó sin defensas a Pachirisu y lo golpeó con Ataque rápido. Este se había acercado usando el mismo truco y además le sumó el daño de Chispa que usó al último segundo. Ambos pokémon quedaron desmayados en el suelo. Lo retiró a su pokebola.

Al final, el hilo de Caterpie había servido para que el contrario lo atacase como si fuera un yoyo. El pobre quedó rendido antes de que pudiera hacer nada. -Lo hiciste bien, Caterpie… Casi ganas -estaba mintiendo un poco pero debía subirle un poco la moral. Lo regresó a su pokebola mientras Bidoof miraba a Victor desafiante.

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Se desvió del camino, no podría pasar con ese Bidoof molestándolo. En ese momento aprovechó de recuperar a sus amigos. Se había reabastecido de bayas nuevamente y el Centro le había dado comida humana por ser "cliente frecuente". Siempre se preguntó de dónde sacarían los fondos necesarios, puesto que prestaban alojo a muchos entrenadores a lo largo del mundo. Pronto tendría que asaltar su casa nuevamente, quería recuperar su consola portátil que había olvidado traer.

Caminando por ahí se percató de que un pokémon lo seguía por el cielo. Al principio pensó que era su propia sombra la que se reflejaba en el suelo pero poco a poco se fue tornando redonda. No había engordado como para que su sombra reflejara esa figura. Miró hacia el cielo para observarle. El pequeño se dejaba llevar con el viento y navegaba en su dirección. Comenzó a caminar a contracorriente para ver si podía perderlo. No quería pelear contra eso ni que este se interesara en su persona.

El truco resultó y pronto lo dejaron atrás. El pokémon pareció observar otra cosa mientras el viento se lo llevaba en dirección contraria. -Fiú… Al parecer no me observaba a mí -dijo en voz baja. Todavía recordaba la falta de respeto de Audino en el palacio Cenit.

Quería la revancha en su batalla doble pero aún parecía no tener la experiencia suficiente para llevar una pelea donde debía dar órdenes a dos pokémon al mismo tiempo. Mejor centrarse en uno para que ganara que dos para que empataran/perdieran. Mientras cavilaba, un pokémon nuevo se acercó a su encuentro.

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Caterpie aprovechó el vuelo que le dio el salir de su pokebola y atacó con Placaje.
Golpeó la cabeza del enemigo, y este, como el anterior Pachirisu, usó Chispa en respuesta al ataque. El bicho salió despedido por la descarga, aterrizando en el suelo. Al menos el ataque no había sido tan fulminante y había podido realizar algo de daño.

-V… Vas bien Caterpie, no te rindas. Tú puedes -se preguntó fugazmente si podía leer sus intenciones en su voz. El insecto pareció reaccionar bien a la frase, por lo menos. Se puso en guardia nuevamente esperando nuevas órdenes.

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-¡Usa Picadura! -ordenó, pero antes de que pudiese hacer nada, el oponente se acercaba a toda velocidad con Ataque rápido. Recibió el daño como todo un campeón y se aferró a la cola del ratón para usar el suyo. Era una buena técnica sin contar que parecía muy agotado por el daño anterior. De verdad no era bueno peleando, si tan solo pudiese evolucionar sin más.

El pequeño se desprendió del Pachirisu salvaje cuando este se sacudió para quitárselo de encima. Quedaron frente a frente. Este podía ser el último movimiento de la pelea si un milagro no ocurría. -Caterpie, en guardia, usa Placaje -esperó que eso fuese suficiente.

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El pobre bichito terminó nuevamente derrotado, sin energía en el suelo mientras que el oponente aún se veía con bastante vitalidad. Lo retiró a su pokébola y se preguntó si usar a Eevee para terminar la batalla ganando, por lo menos. Dejó la idea de lado, eso no era muy de su estilo. Por lo menos Pachirisu no tenía ganas de pelear y dejó que se alejaran tranquilamente.

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Un poco más allá, sacó a Caterpie para curarlo con bayas. Este chilló de hambre, la batalla lo había agotado. -Sé que te esforzaste mucho, amigo -era lo mismo que tener un bebé-. Tranquilo, quizás no tengas que pelear más por hoy.

Le había bajado la pereza de pronto y se acostó tranquilamente en los pastos donde una hélice daba la sombra. Era la combinación perfecta. Sacó a sus pokémon para que disfrutaran del paisaje también y que tomaran algo de aire fresco. Noctowl y Eevee comenzaron a jugar a su alrededor y Caterpie se acurrucó a su lado. -Aww… De verdad eres un bebé. Tranquilo, crecerás grande y fuerte -y tras decir eso, quedó dormido.

Fue una siesta de dos horas más o menos. Ya eran las 4 de la tarde pero el clima no cambiaba. Podría quedarse a vivir ahí para siempre. Bostezando se incorporó y sentó. Despertó a Caterpie y lo regresó a su pokebola. Hut volaba por el cielo aprovechando el viento para planear, lo dejó un rato más a su gusto… ¿Dónde estaba Eevee? No podía verlo por ningún lado. Lo buscó durante un tiempo, encontrándolo cerca al agua, a punto de pelear contra un pokémon salvaje.

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