Debemos ponernos en forma {Entrenamiento}

Ambos pokémon yacían en el suelo, inconscientes luego de la sucesión de ataques. El tipo era bueno, a pesar de que sus pokémon eran más o igual de patéticos que los suyos propios. Vamos que fácilmente podría haberlos atrapado hace poco.

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-Buena batalla, pero esta ronda la gano yo -dijo mientras sacaba de su pokebola un Weedle. Recordó que los tipo Roca eran efectivos igualmente contra los bicho y sacó a su Bonsly que ganó la primera batalla de su vida en este mismo bosque-. ¡No estés tan seguro de eso! -respondió luego de ordenarle atacar con lanzarrocas.

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Weedle se adelantó y atacó con Picotazo venenoso, que no fue muy efectivo. Bonsly ni se había movido de su sitio y se veía más fresco que una lechuga. Luego de lanzarrocas, el oponente quedó enterrado. No se sabía en qué estado había terminado, sin embargo tras un par de segundos se pudo ver que estaba dañado pero aún en pie. El otro chico se veía perplejo, quizás había confundido el tipo de Bonsly con el de un tipo planta.

-Bonsly, usa Lanzarrocas nuevamente -ordenó. Podía usar las rocas del ataque anterior para ser más rápido que el enemigo, pero primero debería llegar al montículo que era custodiado por el Weedle.

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Le costó alcanzar las piedras y le valió algo de vida puesto que el contrincante no iba a dejar que se acercara (el chico había leído sus planes perfectamente) pero logró su cometido y en poco tiempo el pokémon quedó acabado bajo las mismas piedras de la primera vez.
-Oh, rayos, así que al final he perdido -su tono era bastante desolador. Retiró a su Weedle a su pokebola y se acercó a Victor derrotado-. Ten, es una tradición dar algo de dinero tras perder una batalla -sorprendido, recibió los 500 pokeyenes que le ofrecía. No le parecía justo tomar dinero de un desconocido luego de una cosa así, pero ya no podía negarse debido a que el chico se alejó corriendo, despidiéndose con la mano en el aire.

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Rebuscaba en su mochila desesperadamente para buscar bayas pero no tenía ninguna, al menos en el bolsillo principal. Rendido, caminó en dirección a la salida. Iba a medio camino cuando encontró en un arbusto las mismas bayas que había logrado conseguir en este tiempo. Le dio un par a Hoothoot y guardó el resto pero de verdad quería seguir su camino. Al menos él quería eso, pero ahora que se disponía a retirarse, un pokémon fue y le bloqueó el paso.

Habiendo recuperado a Hut, no tenía por qué pasar por alto a ese rival… Bueno, si quería que su relación no empeorase debía pensarlo muy bien. Finalmente lo sacó de su pokebola y este no parecía querer pelear más.
-Vamos amigo, esta es la última del día, luego podrás descansar todo lo que quieras -al principio se veía que no iba a ceder, pero poco a poco las palabras de su entrenador lo suavizaron y este se dio vuelta al enemigo con mirada siniestra-. Vamos, usa ataque ala.

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Había bastante espacio para volar y Hut lo tomó en cuenta para realizar su ataque. Tomó vuelo dando un par de vueltas antes y golpeó al enemigo, que lo esperaba con su cuerno dirigido al pájaro. Obviamente le hizo algo de daño, pero no parecía mucho en comparación con el insecto que salió volando y terminó aturdido en el suelo.

-Muy bien, ¡muy bien! Usa Picotazo -desde hace un rato que no saboreaba un comienzo tan desigual, en favor a su persona. Quizás esta sí que la ganarían, sería el broche de oro perfecto para salir del lúgubre bosque.

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Esta vez, Weedle aprovechó la oportunidad de que Hoothoot no había tomado mucha velocidad y atacó con una combinación de Picotazo venenoso y Picadura, lo que dañó a Hut pero no lo detuvo para efectuar su ataque. El ave aún parecía con bastante energía mientras que el oponente dejaba entrever su cansancio.

-Hut, usa ataque ala, ¡acábalo! -esperaba que fuese el último ataque necesario para ganar. Ya estaba hasta la coronilla de ver gusanos por todos lados, excepto a su Caterpie que brillaba como si estuviese hecho de oro.

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Había sentido los escalofríos en la espalda que siempre le atacaban luego de sentir que la derrota era inminente. O el empate, que en su caso era una derrota simbólica en contra de su hermano. Weedle usó disparo demora, el cual atrapó a Hoothoot si dejar que siguiera planeando con habilidad. Su cuerpo cayó al suelo y la oruga comenzó a atacar con todo lo que tenía. De la nada, Hut se liberó, voló un poco más al ras de las ramas y asestó el último golpe al pequeño pokémon.

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Por fin, una victoria más y encima para cerrar bien el día. Era todo perfecto y estaba por ponerse aún mejor.

Luego de celebrar el triunfo de manera ruidosa todo parecía mucho más positivo. Si recalcaba todo lo que había hecho ese día se agotaría ahí mismo y no querría buscar el camino al centro pokémon más cercano. Podría recolectar unas cuantas ramitas y hacer una tienda de campaña. Estaba a punto de guardar a Hut en su pokebola cuando este comenzó a brillar de forma extraña.

-¡¿Pero qué está pasando?! -estaba sorprendido, nunca había visto algo así. Ni en la tele ni en ningún lado. Asustado se acercó a su pokémon pero no sabía qué hacer. Quizás si lo tocaba o lo guardaba ahora interrumpiría algo o le haría daño a su amigo. Lo menos que se esperaba era que saliera un ave mucho más esbelta y majestuosa. Se veía intimidante lo que lo llevó a caer al suelo en sus cuartos traseros-. ¡¿Que rayos?! ¿Qué hiciste con Hut?


Noctowl sacudió la cabeza reconociendo la estupidez de su entrenador y se acercó a él, posándose en su hombro como siempre lo había hecho, sólo que esta vez sólo alcanzaba a posar una para puesto que medían casi lo mismo por una diferencia de 10cm. -¿Hut? ¿Hut eres tú? -ululó en respuesta, lo que podía ser traducido a un "claro, idiota, quién más va a ser". Pasando el shock inicial, prosiguió a examinarlo como si nunca hubiese visto un pájaro antes. No podía creerlo, incluso había crecido en estatura. Era casi el doble de la pelota de grasa de Hoothoot. Estaba sin palabras, realmente. Si ha de recordar ese momento en el futuro, dirá que no se acuerda ni de como salió del maldito bosque.