¿Y si nos vamos? [Priv. Izz]

El reloj de la sala de estar comenzaba a estresarme. No había nada distinto en él, pero observaba cómo las agujas giraban mientras yo estaba ahí, sentada en el sofá, sin nada que hacer. Era como ver el tiempo pasar, nunca mejor dicho. Y de golpe me había asaltado una extraña ansiedad al pensar en el tiempo perdido, en que podría estar lejos, viviendo aventuras, en vez de quedarme sentada. Descubrir misterios, corretear... hacer algo.
Me giré, viendo a Izz dormitando en el sofá, con Cyndaquill en su regazo, y cogí uno de los cojines que tenía a mi espalda. No es que fuera la mujer con la mejor puntería, pero sin duda alguna podría alcanzarla sin mayor problema, ¿verdad?
Digamos que el cojín pasó rozando su cara, y acabó tirando un jarrón que sigo preguntándome cómo no llegó a romperse.
Pero al menos había conseguido lo que quería, que era llamar la atención de Izz. Cuando vi que se despertaba sorprendida por el ruido, la llamé.
- Oye Izz… ¿Y si nos vamos?- Pregunté, con más duda en mi voz de la que quería en un principio.

Ver a Izz despertarse de manera brusca me hizo gracia. Pese a lo mucho que la quería, picarnos era un pasatiempo del que disfrutaba como una enana. Y tenía pocas oportunidades para reírme de su cara de pánico, así que la aproveché.
Me levanté a colocar el jarrón de nuevo en su sitio, tranquilizándome mientras ella hablaba. Suspiré, no había explicado todo lo bien que quería mi idea de irnos. Me habían podido las prisas.
- Pues irnos… lejos. No ir a una aventura y volver a casa a cenar, me refiero a irnos durante una larga temporada. Siempre dije que quería entrenar a Eevee pero aquí me ves, tirada en el sofá.- bajé la mirada, parecía que, al hacerle alusión, Eevee había aparecido por el salón. Sonreí al pokémon.- ¿Tú nunca sientes las ganas de salir? Siempre llegan niños de doce años al gimnasio pokemon, y nosotras estamos aquí, dejando la vida pasar…- Comencé a pasearme por el cuarto, de golpe parecía una jaula. De golpe toda ciudad Iris se me hacía una jaula.

La idea comenzó a crecer en mi cabeza a medida que Izz iba diciendo lugares que visitar. Los mapas que tantas veces había ojeado pasaron por mi cabeza, y comencé a reírme como loca cuando escuché a Izz decir que era la mejor idea que había tenido nunca. Discrepaba, creo que acoger a Eevee y volver al claro en el que dormía pese a su rechazo inicial había sido la mejor decisión del mundo. Seguramente si no, ni siquiera se me habría ocurrido esa idea.
Pero fue imposible explicar eso a Izz, menos cuando ella ya estaba subiendo las escaleras de casa como si cada escalón le quemara. Miré a Eevee, si había alguien en esta casa con una pizca de seriedad, era ella.
- ¿Tú qué opinas?- Esperaba una respuesta seria, que la criatura se sacudiese, negando, con lo cómoda que era… Pero sin embargo saltó, tirando de mis zapatillas y empujándome hacia las escaleras. Creo que la emoción podía con ella también.- Está bien, está bien… - Subí, riendo a cada paso que daba, la emoción había contagiado a todos los miembros de la casa.
Y era una casa demasiado pequeña como para contener tanta emoción.

Eevee llegó primero a lo alto de las escaleras, empujando la puerta entreabierta del cuarto y metiéndose bajo la cama. Es increíble que sepa dónde tengo las cosas mejor que yo, pero el caso es que es así, y cuando llego a la cama ya tengo la maleta sobre la cama. Es una mochila pequeña, la gente normalmente no carga con demasiado.
Voy hacia el armario, comprobando lo que Izz ha recogido.
- Izz, sé que normalmente hay que llevar poca ropa, pero… ¿solo una muda de cada? Creo que es demasiado poco…- Confesé, sacando un par de camisetas y pantalones para mí, así como medias. Lo bueno de vestir habitualmente de ropa corta es que tengo mucho espacio en la maleta. Solo esperaba que Cyndaquil sepa hacer grandes fuegos cuando lleguemos a una zona nevada.- De ropa creo que nada más, pero necesitaremos preparar bien la comida, y, sobre dónde vamos primero…- Me detuve, pensativa. Mi idea principal era recorrer Johto, había crecido en ciudad Iris y aunque quería alejarme, no quería alejarme tanto.- ¿Johto? ¿Te parece bien comenzar por aquí? ¿Ciudad Malva y su gimnasio? Y así vemos la torre Bellsprout
Intenté imitar su balanceo, manteniendo los pies estables y moviendo el resto del cuerpo de forma ondeante. Sin embargo al final me acabó entrando la risa y me tiré sobre la cama, riendo de manera descontrolada.

Se notaba que era la mayor, y pese a que yo siempre era la impaciente, pude contener las ganas de salir de casa con lo puesto y preparar una mochila como Dios manda. Mientras Cyndaquil y Eevee corretean de un lado para otro escucho a mi hermana dar direcciones.
Lo peor de todo es que yo confiaba en ella para orientarnos. Si por mi fuera daba vueltas en círculos y cuando me mareara paraba y seguía recto.
Me dediqué a asentir, en el fondo yo no tenía ni idea de qué camino debíamos seguir y menos aún dónde estaba el sitio al que ella se refería. Con suerte ubicaba la ruta 37 en el mapa.
Sin embargo, luego escuché a Izz... Dejé de guardar las cosas en la mochila, buscando la pokéball con la mirada. Creo que solo había guardado a Eevee ahí una vez, y solo por mera formalidad de ser su entrenadora.
- No. No van a ir en la pokéball. Me niego.- Susurré, agachándome para acariciar el lomo de Eevee. La criatura me miró, y reconocí admiración en sus ojos. Sabía que me habría odiado si pasaba todo el viaje en la bola. Al final encontré la bola, estaba en un bolsillo de la mochila. Sonreí, comprobando que había metido toda la ropa, y cerré la mochila.-Bueno, yo ya tengo toda la ropa. Tenemos que meter alguna manta o saco de dormir, por si acaso, y deberíamos comprar una tienda de campaña...- Hice una pausa. ¿qué más necesitábamos? Me vendría genial tener una lista para apuntar... Miré la mesilla de noche, con una pila de libros y guardé dos, seguro que podía leer en algún momento. Volví a mirar a Izz.- Ropa, comida, mantas... ¿hace falta algo más?

Todo marchaba muy bien, estábamos muy tranquilas, ilusionadas, preparando las mochilas.
Hasta que, de golpe, Izz llamó a Papá.
A ver, sabía que tenía que llegar ese momento, que teníamos que avisar a nuestros padres de que nos íbamos, y que tal vez nos habíamos precipitado un poco en la toma de decisiones.
Suspiré, bajando la mirada, cuando vi que Izz se ocultaba detrás mío. Me dieron ganas de fulminarla con la mirada, ahora que ella me metía en el lío, me dejaba frente al peligro.
Como si papá fuera a hacernos algo... pero...
- Bueno, habíamos pensado en...- Inspiré hondo, jugando con mis manos. Nuestro padre nos miró con curiosidad. Tal vez se lo olía, tal vez había escuchado nuestros chillidos y nuestras risas, tal vez me había visto suspirar mirando por la ventana como si deseara algo más. Tenía que abandonar el nido, y creo que había ido dejando señales por todas partes.- En que es hora de viajar. Muchos jóvenes salen de casa antes en busca de aventuras, y míranos a Izz y a mí, tenemos a Eevee y Cyndaquil encerrados, muriéndose de aburrimiento, y nosotras no andamos mejor... Yo...- Hice una pausa, comenzaba la parte sentimiental.-Yo te quiero mucho, papá, y a mamá, y siempre pensaré en vosotros, pero...
-Pero queréis ser entrenadoras.- Concluyó él. Asentí, conteniendo el aire. Lo había dicho demasiado serio, esperaba algún comentario más. Ya estaba segura de recibir una negativa cuando...- Creo que sigo guardando los sacos de dormir y la tienda en la que viajé con vuestra madre. Teselia es una región preciosa para esta época del año...
Volví a respirar, teníamos su aprobación, pese a que no habíamos contado con él. Mientras se daba la vuelta para ir a por la tienda de campaña corrí a abrazarle, le iba a echar de menos y lo mejor era darle todos los abrazos que tardaría en volver a recibir.

Estaba todavía eufórica de la noticia cuando Izz volvió a empujarme hacia el escritorio. Sonreí, y respiré hondo, mientras escuchaba su explicación, pero no quise mirar la escala a la que estaba el mapa. Varios días implicaba andar mucho, implicaba rezar por encontrar un centro pokémon y pasar la noche a la intemperie.
La noche a la intemperie me puso nerviosa, y volví la vista a ver si nuestro padré volvía con los sacos y la tienda de campaña.
- ¿Y qué podemos encontrarnos por el camino?- Pregunto, volviendo de nuevo la vista hacia Izz.- De pokémon, de problemas en el camino y esas cosas... Está claro que no va a ser todo color de rosa, pero deberíamos estar preparadas para ello, ¿no crees?- Me giré, acercándome a la estantería en la que guardaba mis libros. Había una caja pequeña que me dedicaba a revisar de vez en cuando, una pokédex que nos habían entregado al finalizar la escuela. La cuidaba como si fuera de oro, y solo la sacaba de su caja para dudas puntuales.- Creo que deberíamos llevar las pokedex y el pokenav y pokegear. Nos ayudarán a estar preparados- Me estaba costando sacar la pokédex de su caja, pero sabía que era necesario. Con un rápido gesto la guardé en la mochila, esperando que volviera papá con el resto.- Será mejor irnos cuando vuelva mamá del trabajo. ¿no crees? Habrá que despedirse de ella también...

Cuando Izz bostezó me di cuenta de lo imprevisto que había sido todo. Habíamos preparado nuestra partida en apenas quince minutos. Me asusté de lo rápido que estábamos dispuestas a desprendernos de todo lo que queríamos, y se me hizo un nudo en el estómago. Sin embargo, admito que me podían las ganas, y que no estábamos tan lejos de casa... Podríamos volver en menos de un mes, seguro, y papá y mamá nos prepararían comida rica como la que no habíamos comido en casi todo ese tiempo.
-Bueno, ten en cuenta que Bicho es débil frente a fuego, simplemente dile a Cyn que lance el ascuas más fuerte del universo, así quemará a beedril y pasaremos calor por la noche- Me reí, negando con la cabeza, si hacemos eso seguro que somos nosotras las que acabamos chamuscadas.- ¡Oh! ¡Las pokéball! ¡No podemos irnos sin ellas! ¿Cómo capturaríamo pokémon si no?
Me giré hacia la mesilla de noche y saqué del cajón las 7 pokéball restantes del pack de 8 que me habían dado al terminar la escuela, pensar que solo había gastado una en Eevee en todo este tiempo era un poco triste. ¿cómo había esperado tanto antes de salir a la aventura? Pero tampoco tenía la oportunidad de volver atrás en el tiempo, así que intenté no pensar en el tiempo perdido y escuché la propuesta de Izz. Estaba más impaciente que yo, y eso que, digamos, había perdido menos tiempo. Sonreí.
-Claro, vayamos a verla a la tienda antes de salir.- Comprobé por última vez que lo tenía todo y, tras colocar unos guantes en la mochila, cerré y me la colgué al hombro, caminando hacia la puerta. Me entraron nervios y me mordí el labio inferior.
Comenzaba nuestra aventura.

Me reí, escuchando a Izz casi temblar al mencionar la palabra fantasma. Sabía que odiaba a los pokémon de ese tipo, pese a que nunca llegó a explicarme el por qué. Supongo que miedo, sin más, irracional.
Eevee y Cyndaquil correteaban a nuestro alrededor mientras caminábamos. Yo estaba algo nerviosa, aunque sabía que mamá no nos pondría pegas, que papá solía ser el que nos reprochaba irnos de aventura, despedirme de ella me dolía tanto como despedirme de papá.
Sin embargo, al ver que ella sonreía, que no hacía una pregunta más que si de verdad íbamos a hacerlo y que nos animaba, no pude sino sonreír. Sentir que la gente está de tu lado cuando quieres hacer algo tan importante como esto es importante, y papá y mamá son un pilar muy importante de mi vida, normal que esté nerviosa.
-¿Algo que debamos saber antes de salir?- Pregunté, abrazándola con fuerza. Ella me apartó, mirándome pensativa, antes de mirarme a los ojos, tenía la mirada de Izz, la verdad es que se parecían mucho, más de lo que Izz se parece a papá.
-Es mejor no comer las bayas rojas que te encuentras en el bosque a no ser que estés cien por cien segura que no son venenosas. Los bonguris no cuentan.- Añadió, riendo.-Y recuerda encender siempre un gran fuego cuando se haga de noche.
Asentí, divertida por los comentarios. Siempre me habían recordado lo de las bayas rojas pese a que yo sabía reconocer algunas plantas. Volví a mirar a Izz, impaciente, y di un beso en la mejilla a mamá antes de salir.
-¡Adiós mamá, nos vemos en un mes!- Sonreí, despidiéndola con la mano mientras tiraba de mi hermana hacia el camino que ella misma había señalado antes.
Ya estaba. Habíamos comenzado nuestra aventura.

Y comenzamos a caminar dejando atrás la ciudad. De vez en cuando voy mirando hacia atrás para ver cómo se va alejando, hasta que finalmente no se ve en absoluto. Me detengo un momento y lanzo un suspiro. Ahora sí que ya no hay vuelta atrás. Vuelvo a ponerme hacia delante y entramos en la zona boscosa de la ruta 37, el camino hacia Ciudad Malva, que será nuestra primera parada. Voy mirando a los lados buscando nuevos pokémon, quiero verlos a todos e ir capturando todos los que sea capaz. Aysha y yo caminamos una junto a la otra con apenas unos centímetros de distancia, a los lados van caminando Cyndaquil e Eevee, aunque parece que a Cyn le cuesta más seguirnos el ritmo. Le recojo del suelo -parece cansado- y le pongo en mi hombro.

- Sujétate fuerte, eh... - le digo antes de escuchar ruido proveniente de una zona de hierba a un lado del camino...

El miembro 'Izz' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'[Johto] Bosques' :

No tardamos nada en adentrarnos en el bosque, observé a Izz algo nerviosa y sonreí.
- ¿Qué crees que veremos primero?-Pregunté, sonriendo levemente. Bajé la vista y vi a Eevee correteando por el suelo, olisqueando cada árbol nuevo como si fuera distinto al anterior.
Me reí.
-Eevee, que son todos iguales...- Me reí, girándome para mirar a Izz y guiñarle un ojo. Me encantaba ver a los pokémons tan emocionados, aunque Cyn estuviera medio dormido en los brazos de Izz.
De golpe se escuchó un ruido en la hierba alta, y un par de pokémon aparecieron a nuestro lado. Me sobresalté, viendo a un Aipom y  un Bellsprout acercarse a nosotras. Bajé la mirada hacia Eeve.
- Izz, quédate con el bellsprout, será más fácil para Cyn. Eevee, usa ataque rápido sobre el aipom antes de que intente atacarme.- Eevee asintió, dejando de mirarme para saltar sobre el Aipom con velocidad.

Pv. 50 Vs.Pv. 50

El miembro 'Aysha' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Batalla' :

Pego un salto de emoción cuando veo aparecer los pokémon. Cyndaquil salta rápidamente de mi hombro para ponerse frente a Bellsprout, mientras el Eevee de Aysha le da un buen golpe al Aipom que había frente a ella.

- Lo he visto mil veces en la tele esto, ¡ya es hora de hacerlo por mí misma! - digo sonriendo y pongo una pierna hacia delante, haciéndolo un poco teatral, antes de señalar al frente y gritar... - ¡Cyndaquil! ¡Usa ascuas!

Pv. 50 vs Pv. 50

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'Batalla' :