Investigando... (Captura y entrenamiento)

Mis pequeñas indagaciones e investigaciones comenzaban a dar resultado, la búsqueda de aquellos criminales que comenzaban a crear cada vez más caos se iba cerrando poco a poco, pero al mismo tiempo, sus fechorías aumentaban, sobrepasando límites y rompiendo todas las leyes posibles, era una situación crítica, una situación difícil, por lo que tenía que apresurarme, detenerlos antes de que todo tocara fondo, antes de que todo fuera irreparable. Me encaminaba rumbo al famoso Monte Moon, en las afueras de Ciudad Cerulean, aquella caverna que conectaba de alguna manera la ciudad antes mencionada con la Ciudad Plateada, un lugar oscuro, frío...Un lugar en el que sin duda alguna la gente gustaría de cometer daños, un lugar que bien podía ser usado como guarida del mal...Tenía que tener cuidado, el rival podría sorprender, y no podía permitir mi caída...Tenía que detenerle sin importar que.

Pasaron pocos minutos antes de llegar al sitio indicado, me encontraba parada junto a la entrada a la caverna, mirando con detenimiento como la oscuridad dominaba en el interior, solo esperaba que no hubiese fantasmas, de ser así, tendría que salir huyendo. Ingrese al sitio con valor, tomando una de mis pokebolas con gran decisión, preparado para cualquier cosa. La oscuridad fue notoria, pero poco a poco mi visión se fue adaptando a esta, hasta ser posible mi visibilidad. -Hmmph...no noto nada extraño...- Comencé a caminar mirando a mi alrededor, observando cada detalla al máximo, no podía dejar pasar nada.

-Pokemon salvaje-

-Huida-

Muchas veces había atravesado el Monte Moon, siempre sin problemas, pero ahora que sabía que existía la enorme probabilidad de encontrarme con los villanos, la cosa había cambiado...Ahora la cosa iba en serio. Ahí estaba yo, analítico, serio...Calculador, cuando sin darme cuenta caía en una especie de zanja de tamaño considerable, rodando por unos cuantos segundos hasta llegar al nivel inferior, la caída había sido dolorosa, mi cuerpo había resultado bastante lastimado al caer, por lo que al levantarme, un inmenso dolor muscular invadió mi cuerpo, obligándome a dar un leve masaje en las zonas heridas. Un estruendo comenzó a escucharse, mientras todo comenzaba a temblar, las cosas solamente empeoraban. Frente a mí, un inmenso Onix hizo acto de presencia, estaba furioso y con enormes ganas de pelear, lo podía saber simplemente al mirar su rostro, lleno de sed de destrucción. Si quería batalla, la tendría sin problema. -Te metiste con el entrenador equivocado...¡adelante, Mankey!- Estaba decidido a usar la ventaja de tipo que me otorgaba mi Pokemon lucha, eso facilitaría las cosas durante el combate. El Pokemon salió de la pokebola con gran decisión, preparado para luchar en contra del rival que se presentaba...Sería un entrenamiento bastante interesante.

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Ambos Pokemon chocaron miradas, la diferencia de tamaños era considerable, incluso 10 veces mayor...Las cosas lucían complicadas, pero a pesar de eso, tenía fe en mi compañero, la agilidad nos favorecía. -Muy bien, Mankey...Tenemos que aprovechar cada oportunidad que se cree, no podemos desperdiciar nada...De lo contrario, eso podía ser fatal...- Mencione con bastante serenidad, mientras observaba al enemigo. El Onix fue el primero en atacar, lanzándose con fiereza en contra de Mankey con un potente placaje. -¡Evade!- Grite mientras hacía un ademan con mi mano, el Mankey dio un gran brinco evadiendo el golpe, pero el Onix se estrellaba contra el suelo levantando una gran cantidad de humo obligándome a cubrir mi rostro con mi chamarra. Tenía que reaccionar rápido, era el momento que esperábamos. -¡Mankey, ahora!...¡Usa tajo cruzado sin piedad!- El pequeño mono asintió y se lanzo a gran velocidad, recorriendo el cuerpo sólido de la nueva criatura. Y cuando estaba cerca de su cabeza, golpeaba sin piedad a esta con un fuerte puñetazo con palma abierta. El daño fue alto, causando que Onix lanzará un fuerte grito de dolor y agitara su cuerpo como loco causando que Mankey cayera al suelo...

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Permanecí en mi sitio con calma, podía ver como el ataque de Mankey había resultado bastante efectivo contra el gran Onix, lo que me alegraba bastante. Solté una ligera sonrisa hacia mi compañero que estaba demostrando tener unas grandes cualidades, y eso me agradaba al extremo. -Excelente, Mankey...- Musite con calma mientras me cruzaba de brazos. Onix comenzó a recuperarse poco a poco de aquel último golpe, estaba en un momento vulnerable, por lo que tenía que aprovechar al máximo.la situación. Levante la mano con una pequeña sonrisa en el rostro, y di la orden. -Acabemos con esto, Mankey...Usa patada baja- Sentencie seriamente, mirando con calma hacia el Pokemon roca que poco a poco se recuperaba, pero antes de que pudiera hacer algo, Mankey respondía con una potente patada que retumbaba en cada pedazo de roca que componía el cuerpo de Onix, obligándolo a sucumbir ante el golpe. Mankey había ganado sin muchos problemas, al parecer. Solté un suspiro de alivio mientras regresaba a Mankey a su pokebola, otorgándole un breve descanso, sabía que podría ser de utilidad más adelante, así que mantenerlo fresco era una buena opción.

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Reanude mi marcha a través de aquella cueva, después de aquel pequeño incidente contra el Onix tenía que ingeniármelas para volver a ascender, después de todo era mucho más riesgoso permanecer en la planta inferior, donde los "nidos" de los distintos Pokemon de la cueva se hallaban, los riesgos eran altos, las madres Pokemon solían ser bastantes agresivas contra los intrusos, y en mi situación actual, no podía decir que no lo era. Avanzaba a un ritmo constante, un ritmo bastante acelerado, intentando llamar la atención lo menos posible. Un extraño rugido me interrumpió, este era muy distinto al anterior, aquel que había sido provocado por el Onix, y para empeorar la situación, este se escuchaba aún más cercano. Cerré los ojos un instante mientras me daba vuelta, mirando a un gran Rhyhorn que permanecía a 3 metros de mi, observándome con bastante furia. Sin dudar di un brinco hacia atrás, intentando tomar distancia de aquella inmensa criatura, y seguidamente, tomar la pokebola que contenía a Mankey, aquel Pokemon que había demostrado ser bastante bueno en contra de los tipo roca, aquel Pokemon que había derrotado a aquel inmenso Onix que superaba con creces su tamaño...Confiaba en el, sabía que sería capaz de ganar. -Hagámoslo, Mankey...No perderemos-

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-Muy bien, amigo...¡Usa tajo cruzado!- El pokemon lucha se lanzaba dando brincos hacia el enemigo, lanzando aquel potente golpe que el Rhyhorn lograba evadir retrocediendo con una especie de brinco, dejando vulnerable al Mankey. El Pokemon roca no tuvo piedad, lanzándose con una potente cornada que golpeaba de lleno al pequeño Pokemon, haciéndolo volar por los aires debido a la potencia con la que había sido golpeado. Apreté los dientes con preocupación, notando como mi compañero caía al suelo llevándose un fuerte golpe- -Debes resistir- Mencione hacia Mankey, y este al escuchar mis palabras se ponía de pie a pesar de las heridas, dispuesto a seguir combatiendo. Rhyhorn enfureció al ver la respuesta del Mankey, se sentía ofendido de no haberle derrotado de un solo golpe, tendría que darle una lección. -Muy bien, bajemos su ánimo...¡Corre en zigzag y golpéale con patada baja!- La orden estaba dada, Mankey comenzó a correr lo más rápido que su cuerpo le permitía, y cuando se encontraba a escasos metros, golpeaba con una potente patada que hacía caer al pokemon roca, causándole un daño considerable...

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El Pokemon roca se notaba cansado, estaba a punto de ceder ante el poderío que Mankey estaba demostrando, aquel control de un combate que solo un pokemon experto conseguiría ante un rival de gran peso como el Rhyhorn que se encontraba frente a nosotros. Solté una leve sonrisa al ver como el pokemon roca poco a poco comenzaba a ponerse de pie, parecía no estar dispuesto a aceptar una derrota, y aquel espíritu de pelea causaba en mi una gran satisfacción...Aquel Pokemon roca podría significar una gran adquisición para el equipo, sería de gran ayuda para el futuro, por lo que estaba decidido a intentar capturarle. -Muy bien, Mankey...Usa patada baja una vez más...No tengas piedad ante el- El Pokemon lucha se lanzó al ataque con firmeza, avanzando con paso firme ante aquel adversario. Rhyhorn, por su parte, se lanzaba para intentar embestir a mi compañero, que si conseguía impactarle, causaría un daño enorme.

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Todo se podría definir en este movimiento, aquel que consiguiera golpear al rival en turno, tendría grandes posibilidades de ganar el combate, por lo que tendría que buscar la manera de que Mankey fuera el causante de eso, sin importar que. -¡No retrocedas, Mankey...No tengas piedad, ataca con todo!- El pokemon lucha asintió gustoso mientras se mantenía en carrera, aumentando su velocidad constantemente. Por su lado, Rhyhorn aumentaba, al igual, su velocidad, "galopando" con firmeza y provocando leves temblores en el suelo donde me encontraba parado, después de todo su peso era bastante alto, lo que sumado a su velocidad, causarían un golpe de enorme poder, equivalente quizás al golpe de un tren. Ambos Pokemon colisionan, Mankey consigue golpear de lleno al rival, pero el mismo impacto le causa un gran dolor en la pierna...Causando que ambos se debilitaran. Sin dudar otorgue un descanso a Mankey en su pokebola, había luchado de una manera increíble, y sin importar el resultado, había conseguido derrotar al pokemon salvaje. Tome una pokebola vacía y la lance hacia el pokemon caído, con claras intenciones de capturarle.

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Y como en todo momento de captura, la tensión no tardaba en hacerse presente. Aquel objeto esférico que había "atrapado" a la criatura de roca, comenzaba a mecerse de un lado a otro, soltando leves destellos momentáneos...El tiempo parecía detenerse en esos instantes, poco a poco los nervios tomaban posesión de mi cuerpo, pero lo único que podía hacer yo en momentos así, era esperar. Después de unos segundos, la espera termino...La captura había resultado todo un éxito, y ahora podía contar con un gran Rhyhorn como miembro de mi equipo, y eso me hacía sentir tranquilo por alguna extraña razón. Me acerque y tome la pokebola con calma, colocando la en mi cintura, con el resto, y reanude mi marcha de exploración. Tenía que seguir investigando respecto al tema de esos hombres de vestimenta oscura que solían dedicarse al robo de Pokemon.

Pasaron unos minutos (15 aproximadamente), continuaba avanzando por el mismo sendero, con calma, seriedad y paciencia, manteniendo me alerta por si algo o alguien aparecía....Y estaba en lo correcto. Un pequeño Geodude apareció frente a mi, me miro seriamente y cuando pensé que este se retiraría, el pokemon roca se lanzó al ataque. Me impulsaba con mis piernas hacía mi lado derecho, evitando el impacto del Pokemon salvaje, pero golpeándome contra uno de los muros de la caverna...Había faltado poco. Apreté mis dientes mientras poco a poco tomaba la Pokebola de Mankey totalmente recuperado, y sin chistar lo lance al combate.

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El geodude salvaje se mostraba bastante agresivo, con claras intenciones de pelear, ¿Acaso el Monte Moon había sido afectado por el grupo maligno? Existían grandes probabilidades de que fuera así, lo que complicaría aún más mi investigación, me llevaría mucho más tiempo en ascender hasta regresar al piso donde me encontraba antes de caer al sistema de canales de los pokemon roca. Mire a Mankey con una pequeña sonrisa, se mostraba decidido a ganar, lo cual provocaba en mi una extraña sonrisa. -Muy bien, Mankey...Es hora de comenzar esto...- Susurré con calma hacía mi compañero de tipo lucha, el cual sonreía gustoso de poder pelear una vez más. -¡Usa golpe karate!- Solté un pequeño grito al mismo tiempo que el pokemon lucha se lanzaba al combate, conectando aquel potente golpe en el contrario, pero al tener un cuerpo bastante resistente, el daño no resultaba ser muy preocupante.

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Ambos pokemon se miraron después del impacto, Geodude no retrocedería, eso era obvio, lucharía hasta intentar ganar, pero no tenía ni idea de a quien se enfrentabam yo no era uno de esos entrenadores mediocres de 10 años de edad, yo era uno de los mejores de Kanto, y posiblemente del mundo. Levante mi mano señalando al enemigo, soltando una leve sonrisa mientras mi cabello cubría mi mirada. -Prepárate para perder...Hoy no es tu día...- Sentencie con seriedad al mismo tiempo que me preparaba para dar la siguiente orden a mi compañero Mankey. -¡Ahora usa patada baja!- Grite con seriedad, Mankey asintió y se lanzaba en una barrida a gran velocidad, golpeando con firmeza el cuerpo "redondo" del pokemon piedra y obligandolo a retroceder.

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