—R a d i o a c t i v e G r e e n {Ryuu ID#}

Ryuu nació en la región de Kanto, más específico en la ciudad del arco iris, Ciudad Azulona. Su padre era un famoso cazabichos, mientras su madre no estaba unida al mundo Pokémon, era la típica ama de casa que fue educada para poder servir como madre. Aunque su madre quería tener mas hijos, la irresponsabilidad de su padre al solamente preocuparse de viajar por la región de Kanto para conocer todos los pokémon de tipo bicho hizo que este sueño no se cumplieran, y solamente pudo tener a Ryuu.

Su madre le dio toda la educación que necesitaba para subsistir, mientras que su padre le enseñaba todo sobre el mundo pokémon, de sus distintos viajes que él había realizado, y de sus queridos compañeros bichos. Desde lejos se notaba que su padre quería lograr su sueño de ser entrenador en su hijo, así que desde pequeño le metió esa pequeña idea en su mente.

Se podría decir que toda su vida estuvo rodeado de pokémon de tipo bichos: Butterfrees volando por su alrededor, Beedrill entre las flores de su casa y Parasect camuflados para poder atraer algún Scyther o Pinsir. Lo malo es que su madre le tenía una gran fobia a los insectos, así que tenía miedo de que su hijo se acercara mucho a los acompañantes de su pareja.

Un día, cuando su padre y su madre lo dejaron solo en su casa, a su padre le nació la gran idea de dejar a su hijo con sus pokémon: Scyther, Pinsir y Venomoth. En ese momento Ryuu vestía una remera roja, por lo que se acordaba. El color que alteraba a Scyther, este con sus brazos que parecían guadañas querían herir a Ryuu, ni Pinsir ni Venomoth trataron de ayudarlo, no sabía que hacer ante tan salvaje pokémon de tipo bicho, se abalanzó hacia él y un corte en su espalda le propinó, allí cayó inconsciente.

Después de ese raro momento, despertó en compañía de su madre, su padre y de ese mismo Scyther. Allí se dio cuenta de la fobia que le había nacido hacia los pokémon, ya que no podía tolerar estar en la misma habitación que ese pokémon mantis.

Los sueños de su padre de que su hijo fuera un gran entrenador se derrumbaron, su madre no dejó que su padre trajera a sus pokémon. Los tuvo que guardar en sus Pokéballs hasta que trataran ese miedo que tenía Ryuu.

Pasó el tiempo, tuvo una adolescencia normal hasta que cumplió 18. En ese momento su progenitor sacó a Scyther de su pokéball, algo que no hacía hace mucho tiempo, y le entrego esta a Ryuu. Aunque no podía ver a el pokémon gracias a ese trauma infantil, su padre quería que superara esa fobia empezando un viaje con el pokémon que le dio tanta alegría. Su madre estaba en desacuerdo, pero el chico de cabellera negra sabía que tenía que empezar una aventura, sabía que ya estaba en una edad "máxima".

Salio de viaje con el Scyther de su padre, que ahora sería SU Scyther. Trató de capturar un pokémon, pero fue imposible, ese miedo que tenía hacía que cada vez quisiera volver a su casa, y cuando estaba decidido a volver, apareció un Parasect que quería atacar a Ryuu.

¿Por qué tenía tanta mala suerte con los pokémon de tipo bicho si había sido criado entre ellos? No lo entendía. En ese momento Parasect no estaba buscando al chico como presa, si no a Scyther, que reaccionó con rapidez atacando al pokémon, este huyó despavoridamente al ver el poder del pokémon mantis.

Allí, Ryuu se dio cuenta del poder de los pokémon, y aunque algunos eran bestias salvajes, otros podían ser grandes compañeros, como Scyther. Y allí recién pudo olvidar su miedo, empezando una nueva vida como entrenador viajando por todo el mundo.

—Tiene un tatuaje en la espalda para poder tapar su cicatriz.
—Al final de todo, perdonó a su pokémon inicial, aunque aún no olvida la escena traumática que pasó en su infancia.