☪ Daughter of the moon

Lo que está claro, es que esta chica nació bañada por la luz de la luna, en alguna noche hace dieciocho primaveras. Por quién, siempre será un misterio, porque ésta chica desde pequeña, fue vendida a un hombre de traje, dueño de una mansión enorme en Johto. Vivió su niñez criada por sirvientas de la casa, concretamente dos. Una de ellas fue la quien la nombró Ashe. Redford por el apellido del hombre que la compró, y al parecer la nombró su hija, aunque Ashe no le vio la cara nunca más. Y por supuesto, nunca lo denominó su padre, ni mucho más. Las únicas personas que podía denominar 'familia', eran esas dos sirvientas y el cocinero de la casa. En alguna ocasión, el jardinero.

Por orden del hombre de la casa, ella debía permanecer en su cuarto todo el día, y por ninguna circunstancia salir de él, y mucho menos de la mansión. Ashe nunca comprendió el motivo, por mucho que le dijeran que lo hacía 'por su bien'. El cuarto era grande, lujoso, lleno de juguetes y vestidos bonitos. Siempre estaba acompañada, y si no, sentía no estar sola con tanto peluche en la habitación. Sinceramente, le incordiaba. Pero no era la gran cosa, ya que ella lo que hacía era mantenerse sentada junto a la ventana, observando el enorme jardín que había bajo sus pies. Estaba claro. Con ese enorme jardín, ¿para qué iba a quedarse en su cuarto? Y haciendo uso de su inteligencia y maña, evadió a todos los empleados y terminó en el jardín. Fue pillada y castigada severamente, pero eso a ella no le importó, y siguió saliendo día tras día. Finalmente se dieron cuenta: no había forma de que Ashe Redford se quedara quieta en su cuarto.

Con los años, un chico vino a vivir a la mansión. Otro niño comprado. Era de la misma edad que Ashe, seis años. Por aquel entonces ya habían permitido que Ashe se paseara por la mansión a su antojo, pero sin salir más allá del jardín. Los días se volvieron más divertidos con la llegada de aquel chico, quien no estaba solo, ya que iba con un Spheal con él. Los tres jugaban toda la tarde, ya que por la mañana el chico asistía a clases de piano, mientras que Ashe, al no tener nada que hacer, las pasaba en la cocina, siendo enseñada por el cocinero. Poco a poco se volvió una buena cocinera, y hasta llegó a encargarse de algunas meriendas algunas veces.

Cuando creció más, no podía simplemente dejar pasar los días en aquella mansión, sabiendo que había un gran mundo allá afuera. Así que, como hizo para que la dejaran salir de su cuarto, consiguió que la llevaran a la compra todos los días, o casi todos. Iban en un carruaje bastante antiguo, tirado por caballos. Cuando salió se dio cuenta de que vivía en una mansión más bien alejada del mercado. Los viajes en el carruaje eran largos, pero las canciones lo amenizaban. En cuanto cayó el invierno y todas las flores desaparecieron, a Ashe le prohibieron salir de la mansión por si se resfriaba. Pero, ella simplemente no podía aceptar eso. Un día se coló en el carruaje, de noche. Sin embargo, cayó a mitad del camino y se quedó en pleno bosque nevado, de noche. Fue sólo entonces cuando conoció a Kyle, el Sneasel que se convertiría en su fiel compañero a partir de este momento.

Y aunque luego le cayó la bronca del siglo, ella estaba la mar de contenta con Kyle. Siguió creciendo. Los fines de semana, ella, el chico, Kyle y el Spheal salían todos de picnic al jardín, con sandwiches que ella misma hacía. Ésto sólo ocurría en primavera, cuando el jardín estaba lleno de rosas. Cuando caía la noche y el chico se iba a dormir, ella salía con Kyle al jardín. Un día dieron con una rosa azul, y quedaron totalmente prendados de su belleza bañada por la luz de la luna. Ashe no iba a clases ya que allí mismo le daban los conocimientos que necesitaba. Sin embargo, nunca fue buena aprendiendo. Sólo la cocina se le daba bien, y limpiar. Era como una especie de criada, pero con lujosos vestidos y un travieso Sneasel.

No tardaron en alcanzar la mayoría de edad, y tanto ella como el chico que creció con ella, fueron dejados libres, para comenzar una aventura por todas las regiones de mundo. Ashe podía esperar a conocerlo todo. Como vivían en Johto, fue el primer lugar que decidieron explorar, aunque el chico ya tomó otro rumbo en otra región. Ahora estaba sola, tan solo con su bolso y Kyle. Pero nada de eso la asustaba. Y aunque tenía una pequeña casa a la que volver cuando quisiera, apenas pasaba por ella, ni siquiera por la noche. Cambió su habito de dormir, ya que por la noche prefería salir, y por la mañana dormir. Se sentía totalmente libre sin nadie dictándole normas. Así que de esa forma empezó su aventura, sin saber lo que le depararía.

☪ Aunque parezca haber vivido siempre en invierno por su blanca tez y cabello, en realidad nació en primavera.

☪ El significado de las flores azules es "imposible", por eso mantiene que cuando ve una, un milagro podría sucederle.

☪ Kyle es un tanto travieso, por lo que es normal ver a Ashe echándole la bronca. Son como madre e hijo.

☪ Tiene un problema en sus ojos al ser tan grandes, y es que se le secan fácilmente y tiene que usar gotas. Además, al dormir, se le suelen quedar medio abiertos, pero Kyle se encarga de cerrárselos suavemente.

☪ Es como un pollito, al coger una leve corriente de aire se pone enferma. Lo cual detesta mucho, ¡ella quiere salir a divertirse con los demás!

☪ No le intimidan para nada las apariencias. Le puedes poner un Gyarados en las narices y no se inmutará, cuando le demuestre su fuerza podrá permitirse tenerle miedo, o no.