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Ficha Adler Ent.
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Ficha Adler Ent.
Adler
Adler 17 años. Masculino. Heterosexual Hoenn Ciudad Calagua Entrenador Shuppet |
Fisico Cabello fino, seco, lacio y semi-corto peinado de forma puntiagudo y siempre cubierto por un sombrero o gorra, de un color negro oscuro; se le puede ver azabache a la luz de sol si se fija en él. Cejas finas, rectas y de mediano tamaño con el mismo color del cabello, una de las partes que más le destacaban eran sus ojos llenos de misterio y tristeza, ausentes la mayoría de las veces, fugitivos como si anduviera en busca de la dura vida que ha tenido en los distritos tan pobres que cuentan dentro del sociedad, la libertad de ser alguien más que una simple sombra, impenetrables pues nada ni nadie ha conseguido saber que pensaba. Aun siendo así se puede saber que marcan decisión pero sin perder ese toque propio por la melancolía. Los párpados arrugados y entre cerrados la mayoría de las veces, como si todo le diera igual, como si nada le llamara la atención y de un color rojo oscuro llegando a aparecer negros en la sombra, algo de ojeras se le puede ver si uno se queda atento en su mirada. Una nariz alargada y puntiaguda. Una boca triste y recta con unos labios delgados, estrechos, sensuales, herméticos y rosados. Los labios finos y poco carnosos, custodiado res de unos níveos dientes y una lengua esbelta y rosada. Sus mejillas son rollizas, chupadas, antes con una pequeña cantidad de acné que decanta en su rostro pero ahora se nota pulcra y delicada con la edad de madurez. Su cuello es corto, sus orejas puntiagudas, alargadas, rectas y finas. Su altura es de 1.72cm. Su piel es de color pálido y enfermiza, dejando ver solo la silueta de un humilde ser humano dejado de la mano de Dios poco remunerado. Sus manos, aun estando cubiertas la mayoría de veces por sus guantes, son pequeñas, finas, delicadas, lisas, calientes, jóvenes, ágiles al golpear, y con dedos alargados, es decir, unas manos de pianista. Descendiendo un poco llegamos al torso, el cual es esbelto, delgado y trabajado. Los músculos se desmarcan ya que a su poder le hace utilizarlos a menudo, en cambio a la hora de tensarse, es muy fácil describir las venas y capilares que pasan por todo su cuerpo gracias a su tono de piel. Adler posee unos brazos y piernas largos. De edad, aparenta tener unos veinte años mas la cruda realidad es que su juventud decanta en su edad, pues meramente acaba de cumplir los diecisiete. Sus ropajes son caracterizados por ser firmes y elegantes, camisa blanca ajustada oculta siempre por su chaqueta negra, pantalones mismo color oscuro, botas, guantes del mismo género y una gabardina negra que finaliza así su aspecto. Su expresión facial suele decantarse por ser afligida pues el dolor que sufrido al estar siempre ser considerado como el mal como un lastre del distrito. Su mirada suele ser desconfiada a la vista de los demás por su ajetreo de ojos. Siempre mirando las cosas fijamente como si desconfiara de todos. | psicologia En la vida como ciudadano en Iris le ha hecho ser algo tacaño con sus cosas, pues no soltaba una mísera moneda si no veía claro una posible inversión afortunada. El cuerpo del sujeto se precisa con rasgos bien definidos, bien vestidos, esbeltos y rozando lo rico. Sus ojos grises suelen no dejarse llevar por impulsos emocionales, la fría lógica es gobernadora en su ser, es el mayor ejemplo que se ha podido objetar a la hora de poder describir al sujeto en su totalidad y forma de pensar. Adler, no es una persona normal, no sonreiría a menos que sea una mueca sádica o irónica, no es alegre, no pienso con claridad la mayoría de veces, es un tipo algo tétrico y oscuro. ¿Su pasión? La justicia desde su punto de vista, el hacer daño a los que lo merecen, de forma verbal o física, atacará donde más duele, dañará a quien más ama la persona a la que quiere hacer daño, un mal nacido si se le puede llamar de alguna forma. Es sincero pues siempre muestra la verdad aunque duela, un gesto que la mayoría de las veces no es bueno. Es trabajador, ya que falsamente intenta ser de ayuda, educado ante todo, atrevido, sensato, cualidades de un verdadero caballero inglés del siglo de oro. Adler es fiel a la justicia y a la verdad, si ha de juzgar a un ser humano no le importará su oficio o clase social, la verdad por delante. Serio, más que serio podría decirse que es reservado, no hace migas con nadie, no puede o no quiere, eso no se sabe. Soñador pues posee un sueño muy relevante, prudente ya que no hará nada sin saber las posibles consecuencias que recaigan. No es sencillo ganarse su afecto, tampoco su aprecio, tampoco el respeto, una vez se le conocía se descubría a un hombre con sentido, un saco de maldad para los pecadores que no podía existir, una persona cruel que no tiene un punto de vista neutral, que solo vive para él y para los que de verdad lo valen y anhela destruir todo lo que no le guste o sea injusto. Sus pokémons son lo más importante. En la vida de entrenador se sabe que a la hora de combatir, suele ser tranquilo, frío, calculador, cruel, mezquino y traicionero. Aunque también tienes cosas buenas, no todo es maldad, es un joven espléndido, maduro, ahorrador, decidido, discreto, elegante, ingenioso, franco, entusiasta. En compañía de otros seres que se ha ganado su amistad y aprecio, es siempre cálido, alegre, gracioso y muy divertido. Casi sobre protector con todos y cada uno de ellos, algo que es raro de ver pues pocas veces hace amigos. Su aprecio a la vida es limitado, por lo que no lo tiene muy difícil a la hora de arriesgar esta por alguien o por algo que crea merece la pena defender. Como todo ser vivo, no es perfecto y posee unos caracteres negativos. Es un tanto orgulloso, si es deshonrado su honor se verá obligado a intentar hacer cambiar de idea a la persona que le ha deshonrado, al no ser posible por la fuerza será con la palabra y sus argumentos. El paso del tiempo le hizo ver y valorar la vida mas poco le duró hasta que se vio solo de nuevo. Es un muchacho un tanto pesimista pues siempre piensa lo peor de todas las situaciones, llegando a ser un gran dramático que se imagina que siempre morirá de una forma horrible, tímido pues poco se intenta relacionar. Malhumorado si no acierta en la deducción impuesta por él mismo, fanático de la justicia, insolente con los adultos que le tratan como un simple niño, soso a la hora de entablar una conversación con otra persona, contestatario con las personas insolentes que no le tratan como es debido, solitario ya que siempre dice que es mejor estar solo que mal acompañado, desordenado como cualidad de la mayoría de jóvenes de su edad y sabiondo pues al tener un gran intelecto lo hace saber enseguida a las personas que le rodean. |
historia
Todo comenzó cinco años en el pasado. En mi más tierna infancia, con la edad de tan solo ocho años, mi persona siempre acompañaba a mi mentor, a mi maestro a mi mejor amigo. Mi maestro era un amigo de la familia, el cual me había criado al perder a mis padres con la corta edad de cinco años. Onlayt (Profesor Onlayt) era profesor de matemáticas de la universidad de Gressenheller. En aquel entonces tenía, en teoría, 32 años, este se le podía describir por ir siempre acompañado de su aprendiz, un niño alegre y un tanto torpe a la hora de ayudar a su mentor.
Ese niño era yo, mi vida entera rodeaba a Onlayt, este iba de un lado a otro resolviendo enigmas, ayudando a todo el mundo con su gran intelecto y yo, como buen aprendiz y con lápiz y papel, aprendía como ser un buen detective. Un hombre tan enigmático como mi mentor, el se podía definir como tenaz, ya que no se le resistía ni un solo enigma. Observador, muy observador, ya que era capaz de deducir muchas cosas con solo una mirada a los objetos es capaz de deducir muchas cosas mirando los objetos. Noble, pues estaba lleno de sentimientos gentiles y honrados, puesto que es un caballero cortés. Inteligente, porque resolvía todos los misterios que se encontraba, por muy enrevesados que fueran y sobre todo modesto, puesto que siempre achicaba sus virtudes y exageraba sus errores. Dejando de un lado la maravillosa personalidad de mi maestro, os podré explicar cómo durante un periodo de diez años, las aventuras que fuimos viviendo día a día y como de un niño tonto e ingenuo me convertí en lo que soy, un detective privado a las órdenes de la marine.
Mi primera aventura comenzó hará diez años, cuando mi maestro recibió la carta que había enviado Lady Liadah a mi maestro Onlayt. En la carta, se explicaba cuál era la historia o leyenda de la Manzana Dorada, un tesoro que el difunto Barón Reinhold, entregaría al que consiguiera descubrir el misterio de cuyo objeto. Aquella historia significó mucho para mi aprendizaje, allí fue donde aprendí que no se puede uno fiar de las apariencias y que ni tan solo la vida está hecha para todo ser humano. Mi mentor y yo había llegado a la entrada a una villa un tanto peculiar, la entrada estaba cerrada por un puente y solo se podía acceder por ese lugar y por orden de la persona que levantaba tal obstáculo, mostrándole la carta enviada por Lady Liadah el portero nos abrió el puente y pudimos acceder al interior de la villa.
Los primeros pasos de mi mentor transcurrieron en el centro de la villa, más concretamente en la plaza. En este lugar teníamos que dirigirnos a la mansión REINHOLD, la cual se encontraba al este de la villa. Pasando por la avenida llegamos hasta el embarcadero, poco a poco nos acercábamos a la mansión.
Lentamente nos introdujimos en el interior de la enorme casa dueña de los Reinhold. En ella nos recibió Matthew el mayordomo de la familia, un hombre de pequeña estatura con gran barba y con lentes de contacto de un tamaño colosal. Este nos acompañó, subiendo por las grandes escaleras del lugar, hacia el salón principal. Cuando las puertas del salón se abrieron un pequeño pero gordo gato salió disparado por la puerta como si huyera del mismísimo demonio. Yo, sin darle importancia alguna seguí mi camino junto con el profesor hacia el centro del salón. Allí pudimos observar a dos individuos, el primero con quien intercambiaron palabras, mi mentor, fue un hombre delgado y con la nariz muy puntiaguda, sino recuerdo mal, su nombre era Henry. Finalmente, la última persona pero no menos importante con la que Onlayt habló fue Dahlia, la señora de la casa y por lo tanto dueña de la mansión, la charla con esta fue rígida y sin mucho que poder saber, esta nos marcó como misión encontrar su gato, el cual había salido disparado en la entrada nuestra. Jamás olvidaré el nombre de aquel animal… Claudia, el gato.
Sin tiempo que perder, nos dispusimos a salir del salón, pasando por el vestíbulo y saliendo al exterior de la mansión. Allí pudimos ver como el gato salí corriendo hacia el interior de la ciudad, así fue como llegamos a la villa de nuevo, allí encontramos a Franck, el encargado del puente levadizo de la entrada. Este nos mostró donde se encontraba el gato, el cual al percatarse de nuestra presencia salió corriendo de nuevo por la villa. Antes de partir hacia la dirección donde se dirigía tal odiado animal, se pudo oír un fuerte estruendo en la entrada a la villa, cuando llegamos todas nuestras alegrías desaparecieron, el puente había sido destruido y no había forma humana de poder escapar.
Nuevamente en la villa, mi maestro se dirigió al restaurante y sin darme tiempo a saber el porque de dicho lugar, este salió con algo metido en una bolsa de plástico. Me sonrió y me hizo seguirle hacia la verja de un parque a las afueras de la villa, el lugar más retirado de todos y donde casualmente se encontraba Claudia, el gato de la lady. El profesor metió su mano en la bolsa y de esta sacó unas espinas de pescado, el animal, contento por su nuevo regalo nos empezó a seguir. Habíamos encontrado lo que nos habían mandado.
Encontrándonos de nuevo en la mansión Reinhold, pudimos conocer al jefe de comisaría Chelmey, el cual investigaba un caso de asesinado en el interior de la villa y aun sin solución. Al parecer habían asesinado a un hombre de la villa, su cadáver no se había encontrado y meramente se había visto alguna que otra prueba como encontrar ropa por la calle y su habitación toda desmantelada. Después de que el profesor hablara con el inspector y el resto del servicio de la mansión, se marchó a investigar por su cuenta, yo le acompañaba mientras apuntaba cada una de las cosas que nos sucedía, de ahí que esta historia pueda tener tantos detalles, posiblemente insignificantes. El inspector estaba convencido de que había sido un asesinado, mas mi maestro solo suponía una mera desaparición, el sujeto desaparecido se llamaba Raymond. Sin tiempo que perder, salimos de la mansión con ansias de encontrar pistas congruentes, lo primero que observamos fue al gato, en efecto, el gato que tanto nos había costado encontrar, pero lo que nos sorprendió no fue verlo allí sino que en su boca tenía unas gafas. Las gafas pudimos deducir que eran de Henri, el individuo delgado que anteriormente había hablado con el profesor.
Dejando en nuestras mentes una posible pista, pues una persona que necesitaba gafas para ver, no las dejaba tiradas por la calle así como así. Ahora necesitábamos buscar algo que pudiéramos entrelazar, nuestro camino se pusieron en la Torre del reloj, lugar donde no habíamos mirado todavía. Por este camino llegamos hasta el mercado, allí pudimos sacar nuestros acertijos y misterios que poco a poco, mi mentor, fue resolviendo con elegancia. Las horas transcurrían y poco habíamos encontrado, la noche había llegado.
Fue entonces cuando fuimos a investigar la casa del supuesto desaparecido, en ese lugar no había indicios de posible pelea y ni tan solo un rastro de sangre. Nada de nada, ninguna prueba para dar por hecho un asesinado… los pasos de mi maestro y por lo tanto, los míos junto a él, nos llevaron de nuevo a la mansión, cuando entramos, el inspector se encontraba absorto, nervioso e incluso eufórico, gritaba una y otra vez que había visto un fantasma. ¿Cómo era posible que viera un fantasma? Sencillo de responder si se daba el caso de que el supuesto asesinado Raymond se encontraba de nuevo en la mansión, como si nada hubiera pasado. Este se excusaba con que había estado ingresado en el hospital, mas eso no era cierto, pues el profesor y yo anduvimos cerca del lugar y no habían dicho mención a nada acerca de que el desaparecido se encontrara en tal lugar.
Resulto el enigmático secuestro de aquel extraño sujeto, el profesor se dispuso a seguir con la búsqueda de la manzana dorada, pues ese era el verdadero objetivo de nuestra visita a aquella villa. Sus pasos junto con las ayuda de los habitantes de la villa, decían que los rumores daban por hecho que aquel dorado objeto se encontraba en LA TORRE INALCANZABLE. Esta ocultaba una pared secreta que daba al interior de esta, lentamente nos fuimos adentrando para poder averiguar más acerca de la villa y saber cómo conseguir aquella manzana dorada. Ya dentro de la torre, descendimos hasta llegar al sótano, en este lugar parecía todo robotizado, cables por doquier y numerosas máquinas de una tecnología muy superior a la que jamás había podido ver. Al ser un muchacho muy curioso, me acerqué a la mesa más cercana a la que me encontraba, en esta había un cuaderno, mi expresión facial cambió, un rostro de asombro se dibujó en mí, dibujos, quizá se pudieron llamar bocetos, de seres humanos, no… de cyborg, hombres robotizados, seres no humanos que aparentaban serlo.
Cuando quisimos salir del lugar, un anciano nos detuvo, su rostro se notaba deteriorado, más algo llevaba en las manos, una manzana dorada para el vencedor de resolver el enigma. En efecto, mi mentor lo había descubierto y ni tan solo lo había mencionado, él sabía que TODAS las personas con las que habíamos hablado hasta aquel momento no eran humanos sino cybors, que todos habían sido creados por aquel anciano. Que el secuestro de Raymond no había sido otra cosa que un agotamiento de batería y de ahí que despareciera hasta que fueron restauradas sus fuerzas. Mi maestro había encontrado el misterio, la luz a aquella oscuridad.
Toda aquella aventura me mostró lo que realmente quería ser yo, un verdadero entrenador, silencioso pero con mi mente en funcionamiento en todos los sentidos. Había acabado los enigmas resueltos por Onlayt… ahora empezaban los míos, los de Adler. La ciudad Iris fue mi punto de partida y nacimiento, allí fue donde mi maestro me hizo entrega de mi amado amigo. Al llegar a cumplir la edad apropiada para viajar sin peligro y saber, por ende, que lograría conseguir mis metas, mi pokemon y yo partimos hacia la nueva aventura para adelantar el futuro, para adentrarnos en un mundo donde las batallas serían sin precedente y donde los combates marcarían mi destino. El barco nos esperaba y, con mis mareos sin control, partiríamos hasta nuestro primer combate. ¿Primer objetivo? hacerme notar y llamar la atención.
Ese niño era yo, mi vida entera rodeaba a Onlayt, este iba de un lado a otro resolviendo enigmas, ayudando a todo el mundo con su gran intelecto y yo, como buen aprendiz y con lápiz y papel, aprendía como ser un buen detective. Un hombre tan enigmático como mi mentor, el se podía definir como tenaz, ya que no se le resistía ni un solo enigma. Observador, muy observador, ya que era capaz de deducir muchas cosas con solo una mirada a los objetos es capaz de deducir muchas cosas mirando los objetos. Noble, pues estaba lleno de sentimientos gentiles y honrados, puesto que es un caballero cortés. Inteligente, porque resolvía todos los misterios que se encontraba, por muy enrevesados que fueran y sobre todo modesto, puesto que siempre achicaba sus virtudes y exageraba sus errores. Dejando de un lado la maravillosa personalidad de mi maestro, os podré explicar cómo durante un periodo de diez años, las aventuras que fuimos viviendo día a día y como de un niño tonto e ingenuo me convertí en lo que soy, un detective privado a las órdenes de la marine.
Mi primera aventura comenzó hará diez años, cuando mi maestro recibió la carta que había enviado Lady Liadah a mi maestro Onlayt. En la carta, se explicaba cuál era la historia o leyenda de la Manzana Dorada, un tesoro que el difunto Barón Reinhold, entregaría al que consiguiera descubrir el misterio de cuyo objeto. Aquella historia significó mucho para mi aprendizaje, allí fue donde aprendí que no se puede uno fiar de las apariencias y que ni tan solo la vida está hecha para todo ser humano. Mi mentor y yo había llegado a la entrada a una villa un tanto peculiar, la entrada estaba cerrada por un puente y solo se podía acceder por ese lugar y por orden de la persona que levantaba tal obstáculo, mostrándole la carta enviada por Lady Liadah el portero nos abrió el puente y pudimos acceder al interior de la villa.
Los primeros pasos de mi mentor transcurrieron en el centro de la villa, más concretamente en la plaza. En este lugar teníamos que dirigirnos a la mansión REINHOLD, la cual se encontraba al este de la villa. Pasando por la avenida llegamos hasta el embarcadero, poco a poco nos acercábamos a la mansión.
Lentamente nos introdujimos en el interior de la enorme casa dueña de los Reinhold. En ella nos recibió Matthew el mayordomo de la familia, un hombre de pequeña estatura con gran barba y con lentes de contacto de un tamaño colosal. Este nos acompañó, subiendo por las grandes escaleras del lugar, hacia el salón principal. Cuando las puertas del salón se abrieron un pequeño pero gordo gato salió disparado por la puerta como si huyera del mismísimo demonio. Yo, sin darle importancia alguna seguí mi camino junto con el profesor hacia el centro del salón. Allí pudimos observar a dos individuos, el primero con quien intercambiaron palabras, mi mentor, fue un hombre delgado y con la nariz muy puntiaguda, sino recuerdo mal, su nombre era Henry. Finalmente, la última persona pero no menos importante con la que Onlayt habló fue Dahlia, la señora de la casa y por lo tanto dueña de la mansión, la charla con esta fue rígida y sin mucho que poder saber, esta nos marcó como misión encontrar su gato, el cual había salido disparado en la entrada nuestra. Jamás olvidaré el nombre de aquel animal… Claudia, el gato.
Sin tiempo que perder, nos dispusimos a salir del salón, pasando por el vestíbulo y saliendo al exterior de la mansión. Allí pudimos ver como el gato salí corriendo hacia el interior de la ciudad, así fue como llegamos a la villa de nuevo, allí encontramos a Franck, el encargado del puente levadizo de la entrada. Este nos mostró donde se encontraba el gato, el cual al percatarse de nuestra presencia salió corriendo de nuevo por la villa. Antes de partir hacia la dirección donde se dirigía tal odiado animal, se pudo oír un fuerte estruendo en la entrada a la villa, cuando llegamos todas nuestras alegrías desaparecieron, el puente había sido destruido y no había forma humana de poder escapar.
Nuevamente en la villa, mi maestro se dirigió al restaurante y sin darme tiempo a saber el porque de dicho lugar, este salió con algo metido en una bolsa de plástico. Me sonrió y me hizo seguirle hacia la verja de un parque a las afueras de la villa, el lugar más retirado de todos y donde casualmente se encontraba Claudia, el gato de la lady. El profesor metió su mano en la bolsa y de esta sacó unas espinas de pescado, el animal, contento por su nuevo regalo nos empezó a seguir. Habíamos encontrado lo que nos habían mandado.
Encontrándonos de nuevo en la mansión Reinhold, pudimos conocer al jefe de comisaría Chelmey, el cual investigaba un caso de asesinado en el interior de la villa y aun sin solución. Al parecer habían asesinado a un hombre de la villa, su cadáver no se había encontrado y meramente se había visto alguna que otra prueba como encontrar ropa por la calle y su habitación toda desmantelada. Después de que el profesor hablara con el inspector y el resto del servicio de la mansión, se marchó a investigar por su cuenta, yo le acompañaba mientras apuntaba cada una de las cosas que nos sucedía, de ahí que esta historia pueda tener tantos detalles, posiblemente insignificantes. El inspector estaba convencido de que había sido un asesinado, mas mi maestro solo suponía una mera desaparición, el sujeto desaparecido se llamaba Raymond. Sin tiempo que perder, salimos de la mansión con ansias de encontrar pistas congruentes, lo primero que observamos fue al gato, en efecto, el gato que tanto nos había costado encontrar, pero lo que nos sorprendió no fue verlo allí sino que en su boca tenía unas gafas. Las gafas pudimos deducir que eran de Henri, el individuo delgado que anteriormente había hablado con el profesor.
Dejando en nuestras mentes una posible pista, pues una persona que necesitaba gafas para ver, no las dejaba tiradas por la calle así como así. Ahora necesitábamos buscar algo que pudiéramos entrelazar, nuestro camino se pusieron en la Torre del reloj, lugar donde no habíamos mirado todavía. Por este camino llegamos hasta el mercado, allí pudimos sacar nuestros acertijos y misterios que poco a poco, mi mentor, fue resolviendo con elegancia. Las horas transcurrían y poco habíamos encontrado, la noche había llegado.
Fue entonces cuando fuimos a investigar la casa del supuesto desaparecido, en ese lugar no había indicios de posible pelea y ni tan solo un rastro de sangre. Nada de nada, ninguna prueba para dar por hecho un asesinado… los pasos de mi maestro y por lo tanto, los míos junto a él, nos llevaron de nuevo a la mansión, cuando entramos, el inspector se encontraba absorto, nervioso e incluso eufórico, gritaba una y otra vez que había visto un fantasma. ¿Cómo era posible que viera un fantasma? Sencillo de responder si se daba el caso de que el supuesto asesinado Raymond se encontraba de nuevo en la mansión, como si nada hubiera pasado. Este se excusaba con que había estado ingresado en el hospital, mas eso no era cierto, pues el profesor y yo anduvimos cerca del lugar y no habían dicho mención a nada acerca de que el desaparecido se encontrara en tal lugar.
Resulto el enigmático secuestro de aquel extraño sujeto, el profesor se dispuso a seguir con la búsqueda de la manzana dorada, pues ese era el verdadero objetivo de nuestra visita a aquella villa. Sus pasos junto con las ayuda de los habitantes de la villa, decían que los rumores daban por hecho que aquel dorado objeto se encontraba en LA TORRE INALCANZABLE. Esta ocultaba una pared secreta que daba al interior de esta, lentamente nos fuimos adentrando para poder averiguar más acerca de la villa y saber cómo conseguir aquella manzana dorada. Ya dentro de la torre, descendimos hasta llegar al sótano, en este lugar parecía todo robotizado, cables por doquier y numerosas máquinas de una tecnología muy superior a la que jamás había podido ver. Al ser un muchacho muy curioso, me acerqué a la mesa más cercana a la que me encontraba, en esta había un cuaderno, mi expresión facial cambió, un rostro de asombro se dibujó en mí, dibujos, quizá se pudieron llamar bocetos, de seres humanos, no… de cyborg, hombres robotizados, seres no humanos que aparentaban serlo.
Cuando quisimos salir del lugar, un anciano nos detuvo, su rostro se notaba deteriorado, más algo llevaba en las manos, una manzana dorada para el vencedor de resolver el enigma. En efecto, mi mentor lo había descubierto y ni tan solo lo había mencionado, él sabía que TODAS las personas con las que habíamos hablado hasta aquel momento no eran humanos sino cybors, que todos habían sido creados por aquel anciano. Que el secuestro de Raymond no había sido otra cosa que un agotamiento de batería y de ahí que despareciera hasta que fueron restauradas sus fuerzas. Mi maestro había encontrado el misterio, la luz a aquella oscuridad.
Toda aquella aventura me mostró lo que realmente quería ser yo, un verdadero entrenador, silencioso pero con mi mente en funcionamiento en todos los sentidos. Había acabado los enigmas resueltos por Onlayt… ahora empezaban los míos, los de Adler. La ciudad Iris fue mi punto de partida y nacimiento, allí fue donde mi maestro me hizo entrega de mi amado amigo. Al llegar a cumplir la edad apropiada para viajar sin peligro y saber, por ende, que lograría conseguir mis metas, mi pokemon y yo partimos hacia la nueva aventura para adelantar el futuro, para adentrarnos en un mundo donde las batallas serían sin precedente y donde los combates marcarían mi destino. El barco nos esperaba y, con mis mareos sin control, partiríamos hasta nuestro primer combate. ¿Primer objetivo? hacerme notar y llamar la atención.
gustos Mujeres Pechos Comida Pelear La oscuridad Sus pokemons.. | disgustos Toda parte masculina El pescado Los médicos La luz La ropa interior masculina (Por eso nunca lleva) Los débiles. |
Datos Extras
Adler- Entrenador
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Fecha de nacimiento : 06/03/1992
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Fecha de nacimiento : 01/01/1992
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Sáb Oct 18, 2014 12:58 pm por Sawn
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