En busca de un nuevo compañero (Entrenamiento/Captura).

Al final sí que había vuelto a su región natal. Se armó de valor y ganas para volver a casa, sin embargo cuando entró al amplio departamento no se encontró con nadie en casa. Aprovechó para comer como un cerdo, lavar su ropa, sacar algunas cosas y dinero que le hacían falta. Había pasado varias horas ahí metido y no habían rastros de nadie. Todo indicaba que la familia había salido de viaje… así que tenía la vivienda para él solo. No se quedaría ahí, por su puesto, no quería tener nada que ver con ellos, no por el momento. Debía volverse fuerte, para hacerles sentir orgulloso. En su viaje, sin embargo, se había perdido del primer concurso del que había oído y eso lo tenía fatal. ¿Perderse las inscripciones de algo que esperaba desde hace mucho? Muy típico de su mala suerte. Abandonó el depto con un mal sabor de boca, eso no se lo podía contar a nadie.

Siguió por la región un rato más, le traía buenos recuerdos si borraba todo lo relacionado con los Cleffas. Por el camino había aprendido que la evolución de su Glameow era lo más horrendo que podía haber en el planeta y prefería no evolucionarlo. Además compró una piedra agua para su Eevee, Vaporeon se veía como buena opción para tener de su lado pero esperaría a que fuese más fuerte para usarla.

Ahora mismo estaba en las praderas, buscando un pokémon en particular. Cyndaquil se veía muy bien y su evolución aun mejor. Esperaba que tuviera buena suerte, no como cuando buscaba a Espurr.

-2 pokémon salvajes aparecen-

Caminaba tranquilamente. Para ser otoño el clima estaba perfecto para pasear con una camiseta de manga corta y pantalones. Estaba más animado ahora que tenía un objetivo para el día. No veía a ningún animalejo parecido al que había visto en la guía y eso lo desanimaba un poco pero las ganas de tenerlo lo hacía perderse aún más en las amplias praderas. De hecho ya no podía ver el camino por donde había venido. Quiso devolverse cuando dos pokémon le bloquearon el paso con mirada maléfica. Intentó esquivarlos como pudo pero era difícil con dos pokemon tapándole el paso.

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Estaba preocupado especialmente por Caterpie pero en el momento en que volteó vio que estaba perfectamente, peleando y ganando la batalla contra la oveja. El pobre pokemon oponente debía ser muy malo puesto que no creía que el bicho se hubiese hecho bueno de la noche a la mañana. -Muy bien Caterpie… ¡Sigue así! -sus ataques eran tan pocos que no valía la pena darle una orden.

Por otro lado, Glameow se las estaba arreglando bien pero parecía un empate. El ave de acero parecía dura de vencer. -Glameow, ¡usa Golpe bajo! Confío en ti -asestarle era difícil pues podía volar. No podía hacer más que esperar un resultado favorable.

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-Bueno… un empate no está mal. Lo hiciste bien, Caterpie -lo retiró a su pokébola para curarlo luego. Mareep estaba en las mismas condiciones, desmayado en el suelo junto a Skarmory. Eevee no parecía muy feliz de haber ganado teniendo ventaja- Es experiencia, al fin y al cabo, ¿no? Venga, busquemos un lugar tranquilo para recuperar energía -caminó un rato con Eevee a su lado.

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Sabía que el zorro le tenía estima, muy en el fondo. Encontró un lugar alejado y con sombra donde le dio bayas a todos para seguir en la búsqueda del pokémon de fuego. Claro que la comida atrajo a pokémon salvajes aunque no se lo propusieran.

No parecían muy amenazantes, simplemente curiosos, sin embargo Victor había aprendido a desconfiar completamente de las apariencias tiernas e inofensivas. Tenía a todo su equipo afuera, no sabía a quien usar para ahuyentarlos. Otra vez, Caterpie estaba empecinado en combatir pero esta vez parecía la opción correcta puesto que el bicho le ganaba al elemento planta. Noctowl decidió combatir al lado del insecto, se tenían estima después de todo. Los otros dos pokémon miraban atentamente.

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Sus compañeros parecían estar muy bien. Ni se preocupada de Hut, él ya sabía que hacer y se notaba la ventaja con su adversario. Caterpie también estaba resistiendo lo suyo, atacando en los momentos oportunos y usando su red para demorar al enemigo. Si debía decir la verdad, Hoppip le daba algo de lástima, parecía alelado mientras flotaba con la brisa, no era un oponente muy fuerte para el ave. -Caterpie, sigue con lo tuyo. Noctowl, usa Vuelo -el gusano dio un gritito kawaii que le derritió el corazón y el pájaro voló en altura, preparando el ataque indicado.

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Era impresionante, pero Chikorita se veía sumamente cansado. Un golpe más del pequeño gusano y sería su fin mientras que Hoppip parecía resistir bien los ataques de Noctowl. Vuelo no había sido tan catastrófico como había previsto. Se sentía tan orgulloso de su bebe, esta podía ser su primera victoria. -Vas muy bien, pequeño amigo, ¡sólo un poco más! -la batalla estaba haciendo que le pasaran escalofríos por la espalda- Tú también Hut, confío en que ganarás -sentía que tiraba comentarios muy extras pero no sabía en que lado de la batalla meterse, después de todo todavía le complicaban cuando se trataba de 4 pokémon involucrados.

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Parecía ver una escena de acción en cámara lenta al observar que Chikorita caía derrotado por Caterpie. El gusanillo era lo más tierno del mundo celebrando y el corazón medio derretido que tenía ahora se le había derretido por completo. El bicho se subió a su hombro feliz, ignorando sus heridas. Esperaba que con esto se hubiese hecho más fuerte.

Noctowl estaba impecable, volando y esquivando los ataques de su adversario. Este había hecho un gran trabajo resistiendo, siendo que tenía desventaja. -Hut, acábalo con Ataque aéreo -el pájaro tomó velocidad para asestar el último golpe.

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El golpe fue limpio, sin repercusiones para el ave. Luego de estar tanto tiempo sin ganar se sentía especialmente bien. Justo lo que necesitaba para reanimarse por no haber podido registrarse en el concurso.

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Al devolverse al punto donde comían, Eevee y Glameow felicitaron a los ganadores. Ahora parecían llevarse algo mejor, cosa que lo alegraba. La brisa que corría por ese entonces le recordó al día en el valle eólico. No podía pedir nada mejor, ya ni si quiera se veía tentado a los lujos de una vida sedentaria en su apartamento. Dejó que los demás jugaran un poco y luego se puso en la marcha, guardándolos en sus respectivas pokébolas.

Mientras más se alejaba del camino, más pokémon veía. No le preocupaba perderse, hut podría usar Vuelo y sacarlos de ahí en un santiamén, a diferencia de su experiencia con el bosque Verde. La victoria anterior lo había alentado a seguir ahí incluso luego de atrapar a su buscada criatura, para poder entrenar a sus amigos. Tenía muy en cuenta de que no eran muy fuertes (vamos, que lo único que hacían era comer y jugar). Pasaba por debajo de un árbol cuando algo golpeó fuertemente su cabeza. Menos mal la cosa no pesaba tanto o le abriría un buen tajo en la sien. El pokémon no era muy grande y se veía inofensivo. Podía ser un gran adversario para Eevee.

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