; Fishing in the Sand.

Había vuelto a mi región de Origen, la gran región de Kanto la cual sin duda sería de mis regiones favoritas, a pesar de que había viajado desde hace un tiempo y conocí nuevas regiones. De mis viajes logré hacerme de dos nuevos amigos, mi Ralts y Cottone, cuyos orígenes eran Hoenn y Teselia, lugares en los cuales estuve de paso hace un tiempo.

Desde Ciudad Azulona me dirigí a la playa, aquel día me había decidido entrenar a mis nuevos pokemon, pero contra rivales de un especifico tipo, los pokemon de agua, un tipo que siempre me pareció interesante y a la vez bastante admirable y fuerte, los cuales serían enemigos perfectos para mis pokemon. No tardé mucho tiempo viajando en taxi desde mi hogar en Azulona hasta la playa de Ciudad Fucsia. El día se encontraba un tanto nublado lo cual había espantado a la gente que frecuentaba las playas en los veranos como este. Mire hacia el mar y me di cuenta que no poseía ni un barco ni un pokemon con el cual nadar para desafiar pokemon de agua. Lo cual hizo que se desplomara mis planes de entrenamientos. Con la mirada baja y con un tono perezoso dije ─ Gran error. ─ ya que debía prepararme para lo que venía, la frustración comenzaba a apoderarse de mis pensamientos y la rabia hacia mi misma por la actitud comenzaba a cambiar mi expresión facial.

A los pocos minutos tomé un respiro profundo y me aclaré que no todo estaba perdido estando ahí podría disfrutar del panorama, caminé hacia una de las rocas gigantes que se encontraban en la playa, y en un acto totalmente no natural en mi comportamiento decidí subir a ella, sin mucho esfuerzo dando unos saltos y sin tocar nada subí por el roquerio y me encontré con una extraña sorpresa, se trataba de una caña de pescar la cual tenía poke cubos de anzuelo, al parecer se le había perdido a alguien, y era justo lo que necesitaba para encontrar pokemon de agua. Con un rostro que irradiaba entusiasmo dije ─ Que suerte! ─ con un tono bastante animoso, mientras me sentaba en la roca y lanzaba el anzuelo de la caña hacia el mar, parecía como si el destino me estuviera ayudando, algo bueno tenía que salir de todo eso. Cuando el anzuelo se hundió en el mar me quede mirando con la caña bastante sostenida esperando ver que podía salir de esta pesca. Solo esperaba que la pesca no tomara mucho tiempo.

Después de un largo rato, entre varios intentos y falsos intentos de pesca, apareció un pokemon. Se trataba de un Shellder el cual jalé hasta la roca en la cual me encontraba. Al parecer no le había parecido muy agradable que lo sacara de su hábitat y menos engañado por un anzuelo de poke cubos, al parecer daríamos inicio a un combate en ese momento, de mi bolso tomé una pokebola y la lancé diciendo ─ Cottonee usa Rayo Solar! ─ en eso mi pokemon hizo una magnifica entrada la cual provocó que se elevara ante el pokemon enemigo. Cottone cargó unos segundos sus energías y le arrojó un rayo de luz el cual se dirigía con toda su potencia ante el pokemon enemigo. Pero el pokemon enemigo se disponía a contra atacar, la batalla estaba recién comenzando.

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Justo en el blanco, había logrado darle al pokemon sin darle tiempo para que pudiera contra atacar, mientras Cottonee se posicionaba frente al Shellder enemigo el cual se recuperaba del ultimo ataque recibido, el rayo solar había sido todo un éxito y al parecer este era el lugar indicado para entrenar a Cottonee, ─ Una vez mas! ─ Exclamé mientras el Shellder enemigo comenzaba a gruñir demostrando su furia que lo motivaba a defenderse y hacer mas divertida la pelea.

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Shellder se defendió usando rayo de burbujas, el pokemon de agua parecía ser inofensivo ante mi pokemon de planta ya que las burbujas parecían no haber causado daño, Cottone por otra parte disparó el rayo solar nuevamente a Shellder el cual impactó directamente ante el pequeño pokemon, ya se podía apreciar que el enemigo no tenía muchas energías mas paro aún podía continuar, di un suspiro antes de exclamar ─ Terminalo con Rayo Solar! ─ Dije mientras indicaba con el dedo a Shellder.

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Había salido victoriosa del encuentro con Shellder, lo había derrotado y este salió chillando dando un pequeño salto que lo regresó al mar, junto a Cottonee estábamos sincronizados, al parecer el entrenamiento en el mar daría muchos frutos, ─ Eres Genial Cottonee ─ dije mientras este celebraba su primer triunfo contra un pokemon salvaje. Pero nuestra celebración fue detenida rápidamente ya que una Ola Gigante explotó al chocar contra la roca en la que nos encontrábamos, al parecer el mar se había enojado en ese momento, o al menos eso fue lo que pensé en un principio.

Mientras miraba mi ropa toda mojada por la acción de la ola, otra ola se estrelló contra la roca en la que estaba, pero me fije que el mar estaba calmado, algo estaba atando y tenía que averiguar que era. Lo mas probable es que los pokemon marinos de la zona se hayan enojado por haber herido sin razón a Shellder, lo cual podría traerme problemas. Quizá sería mejor marcharse del lugar, pero tenía que tener cuidado al bajar ya que las rocas se encontraban mojadas y resbalosas, otra ola me atacó en ese momento pero esta venía del lado derecho lo cual me tomo por sorpresa y provoco que me cayera de espalda, cayendo sentada cubriéndome el rostro para evitar el agua. Pero no era solo una ola, de ella aparecieron dos pokemon bastante furiosos, estaba claro que no les gustaban los invasores en ese lugar. Los pokemon tenían una actitud bastante agresiva y se veían bastante salvajes.

La ola había dejado a dos pokemon ante mi, los cuales se veían bastante en furia, eran de pequeño tamaño pero se veían muy agresivos, tome mi pokedex para saber de que pokemon se trataban mientras que me miraban muy fija y maliciosamente. El pokedex rápidamente comenzó e emitir sonidos arrojando la información de los pokemon, ''Horsea, el pokemon caballo de mar. Horsea Come insectos pequeños y el musgo de las rocas. Si las corrientes del océano cobran fuerza, este Pokémon se anclará con la cola a rocas o corales para evitar que las aguas lo arrastren'' y ''Krabby el pokemon cangrejo, Krabby vive en la playa, enterrado en agujeros en la arena. Cuando en las playas de arena fina escasea la comida, es común ver a estos Pokémon echando un pulso panza contra panza en defensa de su territorio''. Los pokemon eran bastante básicos y de naturaleza aparente muy inofensiva, ya no había duda de que eran amigos del Shellder que ataqué y que venían en su defensa.

No había mas que hacer que defenderme, pero Cottonee esta vez necesitaba compañía para salir de esta ─ Ralts adelante! ─ Dije mientras arrojaba su pokebola al lugar para que diera una entrada sorprendente como acostumbraba a hacerlo. Los pokemon se posicionaron en la pelea, el encuentro estaba a punto de iniciar. Era mi turno de dar las ordenes necesarias para ganar ─ Rayo Solar en Krabby y Psíquico en Horsea! ─ mencioné mientras apuntaba con el dedo a los enemigos, los cuales se disponían a contra atacar a su vez.

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Los pokemon habían causado una extraña pelea, los movimientos del Krabby salvaje no le hacían mucho daño a Cottonee y la pelea entre ambos estaba bastante nivelada, por otra parte la pelea de Ralts me preocupaba, el pokemon enemigo usaba ácido, el cual al parecer no le causo mucho daño a Ralts pero si lo quemaba bastante en y podía dejarlo resentido, no pararía la pelea aún pero esperaba terminar rápidamente con la acción. ─ Una vez mas! ─ dije mientras miraba fijamente la pelea de Ralts contra el Horsea, ya que sabía que Cottonee estaría bien, pero no sabía si mi otro pokemon correría la misma suerte en este encuentro.

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Todo había salido tal cual como quería, el Krabby enemigo ya casi no podía moverse, y el Horsea había sido derrotado pero Ralts había quedado muy mal herido, había tomado la desición de capturar al Horsea ya que su potencia me parecía asombrosa y con sus movimientos venenosos sería perfecto rival para entrenar a mi equipo de hadas. El pokemon había caído en la roca mientras el Krabby aún se movía.

─ Cottone terminalo con rayo solar! ─ dije mientras que de mi bolso tomaba una pokebola libre, y con impulso se la lanzaba a toda velocidad y potencia al pokemon enemigo con la intención de capturarlo y que venga con nosotros.

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La acción de Cottone y de la pokebola habían resultado un éxito, el impacto del rayo solar había arrojado a Krabby de vuelta al mar, regresé a mis pokemon a sus pokebolas, tomé la pokebola de Horsea capturado y salí corriendo hacia un centro pokemon con cuidado, me fui saltando por las rocas, intentando salir pronto de ese lugar para que los pokemon del mar no aparezcan nuevamente a luchar contra mis pequeñínes. Una sonrisa se apoderaba de mi rostro, era imposible no estar contenta con el desempeño de mis pokemon y con mi nuevo compañero Horsea.