Yona Devain [ID]

Yona nació en la Ciudad Azafrán, Kanto, es la menor hija de la familia Devain. Su padre era un conocido coordinador pokemon y su madre trabajaba como ayudante en la guardería pokemon. Sus hermanas mayores, desde muy temprana edad dejaron su hogar para irse en busca de su sueño de ser las mejores coordinadoras, siguiendo a su padre claro está. Por ese motivo su madre la retuvo un poco más de tiempo a ella, estaba orgullosa de sus hijas, pero para evitar sentirse sola limitaba a Yona el hecho de tener un pokemon para que así se quedara más tiempo con ella. En un principio, la niña soñaba con ser coordinadora, esa era lo único que creía que se podía hacer, aprovechar la belleza de los pokemon y sus movimientos, pero, dándose cuenta que sus hermanas anhelaban, decidió darle una oportunidad a ser entrenador. Siempre preguntaba a su madre cuando sería su turno de tener un pokemon, sus hermanas lo había recibido a los 10 años por su padre -el cual se encontraba ausente la mayor parte del tiempo- y ella aún no. Su madre constantemente le decía que aún no decidían cual sería y que esperara, ya tenia 12 años cumplidos y aún esperaba a su pokemon, el pasar de los días se le hacía eterno y no había rastro ni de su padre ni de sus hermanas. Su madre siempre le decía lo mismo, ella bufaba y renegaba.

Un día llegó su padre luego de haberse ido varios meses. Apenas vio a su pequeña hija le preguntó por su pokemon, ella confundida, pues no había recibido ninguno aún le preguntó a que pokemon se refería. En ese instante su padre se sorprendió y algo enojado fue donde la madre de ella. Yona no entendía que pasaba, su padre se puso a discutir con su madre después de eso, por lo poco que logró escuchar entendio lo sucedido, su madre había estado escondiendo su pokemon, al parecer su padre lo había dejado a manos de su madre mucho antes de que se fuera. Luego de la discusión, su padre apareció frente a ella con una gran sonrisa y una pokebola en la mano. Ella no cabía en su emoción, demasiado curiosa tomó el regalo de su padre y corrió al jardín, dejando libre a su nuevo amigo. Era pequeño y marrón, se trataba de un Eevee, ese pokemon siempre se le había tornado interesante por las cosas que su padre le contaba, por sus evoluciones y por su aspecto tan adorable. Yona se esforzó mucho cuidándolo y entrenándolo los años posteriores. Un noche, cuando ya tenia 16 años, guardo todas las cosas que necesitaba para su viaje (ropa, dinero y comida), tomó a su Eevee y se fue de la casa, solo dejando una carta que explicaba lo que iba a hacer, sabia que si no lo hacía de aquella forma su madre nunca la dejaría seguir su sueño.  

- Pese a su aspecto de chica callada y tímida, es muy amistosa cuando se le da algo de confianza.
- Es algo frágil, físicamente hablando.
- No se avergüenza fácilmente
- Es muy resentida, por lo que no será fácil que perdone a alguien.
- Su aspecto siempre anda algo desaliñado.