Hildegarde de Sinnoh os saluda~

Hildegarde es una hermosa joven físicamente, con una estatura que ronda el metro setenta y cuatro aproximadamente. Ella es una chica de características ciertamente sencillas y que no dan mucho para prestarle atención en vista. Cabellos de enorme largor, llegando a cubrir su cintura y hasta pasar sus nalgas. Los cuales son de un hermoso color marrón claro. Lizo, suave y humectado. Tornándole fácil a la hora de arreglarlo para hacerse algún peinado, sin embargo ella siempre ha preferido llevarlo la mayoría de su vida suelto. Por ese motivo, y el que no le gusta llevarlo atado, ella suele llevar atado solo la parte final de su cabello la mayoría de veces con alguna coleta blanca, exceptuando alguna rara ocasión o cuando se baña.
Joven de una tez blanca, un tanto pálida pero no mucho. Ojos grandes y de un precioso color café claro. Boca pequeña igual a su sonrisa, de la cual sus labios ni son notorios y nariz pequeña respingada en punta. Delgada de apariencia de poca musculatura, mas frágil y delicada aunque no es así. Busto un poco desarrollado, pero no mucho, siendo que ella odia el que le digan que es "Plana", aunque no le molesta tampoco. Dedos agiles y delgados, de apariencia delicada. Cintura pequeña y caderas firmes. Piernas esbeltas y firmes. Con un peso que debe de rondar los cincuenta y ocho kilogramos aproximadamente, tomando en cuenta el peso de su vestimenta y el que es de comer cualquier cosa excepto dulces.

Una chica un tanto fría ciertas veces. Pero más que fría, es distanciada de las personas, solitaria y de no acostumbrar a tener contacto con los demás.
Su gran desconfianza hacia los demás, crea una enorme grieta a quien trate de formar alguna relación con ella. Teniendo una forma de pensar en la cual considera que toda persona no hace nada sin tratar de recibir algo a cambio. Una forma de pensar que se podría considerar es fría, pero que sin embargo, en ciertas ocasiones llega a tener mucha razón en este punto.
Aunque con un hablar respetuoso y muy callada mayoría de veces, ella puede llegar a ser ciertamente agresiva cuando tratan de buscarle conversación. Sobre todo cuando recién se le va conociendo, ya que es muy directa, no encontrándole sentido al mentir, y siendo mala en esto, ella no se esfuerza en lo más mínimo por callar su pensamiento, diciéndolo incluso en el peor de los momentos. Llegando a provocar que se molesten con ella o a herir a las personas y alejarlas de ella, aunque no lo quiera.
Quien, a pesar de ser un tanto ruda y solitaria, en ella se puede tener un gran corazón y amistad. Más cuando llega a considerar poder confiar un poco en la persona. Soliendo tener una hermosa sonrisa acompañada de felicidad, su forma de hablar llega a volverse menos agresiva y más calmada. Un tanto tímida en algunos temas, y una capacidad para sonrojarse fácilmente en ciertas ocasiones por los detalles más tontos, aunque estas sean algunas pocas. Fuerte y de siempre expresarse sin retenciones, ella es increíblemente determinada y muy difícil es hacerle rendirse, teniendo ideas firmes de lo que desea hacer, es casi implacable cuando algo llega a meterse mucho en su cabeza y formar parte de sus metas. Cariñosa y detallista. Las cosas que vienen, son aceptadas por ella como parte de la vida y trata de llevarlas día a día con gran calma, con una muy enorme calma, pero sin embargo ella siempre pensara en continuar paso firme hacia delante sin importar lo doloroso del camino.

Hildegarde siempre tuvo problemas desde muy temprana edad, ya que era una chica mucho más agresiva que en la actualidad. Soliendo meterse en muchas peleas de manera constante, con una, con dos y con muchas más personas, tanto que llego a volverse por un tiempo alguien incontrolable para sus padres. Tantas eran las peleas, que ya en su colegio nadie tenía el valor de acercársele, volviéndose una joven algo antisocial en alguna parte de su vida, encerrada en los libros que leía y la música que escuchaba, a medida que fue creciendo ella dejo de buscar pelea, lo que provoco que las visitas de su madre a la directora del colegio fueran menos concurrentes, sin embargo, aun había algunas personas que le buscaban problemas y ella en estos momentos, no dudaba al defenderse, sin interesarle como terminaran los demás o ella en lo más mínimo, siempre viendo como único resultado aceptable su victoria. Pero esto un día cambio, ya que a los dieciséis años de camino a casa, vio a unos niños los cuales golpeaban y maltrataban a un pequeño Growlithe, sin pensárselo mas, se terminó metiendo en algo que no le incumbía y termino en otra pelea. Algunas horas más tarde ella se encontraba cansada, bebiendo un jugo en cartón mientras el Growlithe algo lastimado le lamia la pierna izquierda con lo que parecía gran felicidad, con una sonrisa de alegría, esta le acaricio suavemente su cabeza.
Después del pasar de algunos días, de los tratamientos médicos necesarios y demás cosas, el Growlithe salvaje se encontraba en un perfecto estado, y por una marca que tenía, parecía que le habían traído desde muy lejos, o tal vez se había colado en algún transporte marítimo o aéreo hacia Sinnoh, pero restándole importancia decidió adoptarle debido a un consejo de su madre. Mientras el pokemon de fuego comenzaba a formar parte de su vida, su actitud fue cambiando al igual que su vida, volviéndose alguien más calmada y menos agresiva, aunque el problema de lo antisocial continuaba y era algo que ella nunca cambiaria. Y en su cumpleaños número diecisiete, al final de este, ella anuncio que había tomado la decisión de ser entrenadora pokemon y viajar por las regiones para poder conocer al mundo y los distintos tipos de pokemons que en este habitaban.