Paso a paso [Entrenamiento/captura]

Había pasado un largo día de descanso en el centro pokémon de ciudad Arbroad cuando decidí que era mejor seguir en marcha. Admito que me costaría acostumbrarme de nuevo al camino, sobre todo tras haber tomado aquellas deliciosas chuletas que, sin duda alguna, pertenecían a alguna clase de ser majestuoso, con la salsa barbacoa cubriéndolas y el sabor...
Ah, también había aumentado mi colección de chocolates y, tras varios días de cocina insulsa, contaba con muchas latas de especias que esperaba hicieran más fácil el hecho de comer verdura día sí día también. Además, había comprado un libro sobre diferentes recetas culinarias para entrenadores pokémon que acababan de dejar su hogar, por lo que esperaba que al menos mi dieta mejorara un poco, y aguantase mas sin chocolate.
Asi que digamos que ahora estaba de mucho mejor humor, dispuesta a seguir una búsqueda que seguramente no diera ningún fruto, pero que al menos me proporcionaria cierta satisfacción personal al saber que, bueno, lo había intentado.
Y había sacrificado la civilización por ese pokémon. Si eso no era dedicación, no la encontraría en ninguna parte.
Me encontraba en una zona de pradera algo alejada de la ciudad en si, con Brasa a mi lado. Era al único del equipo al que le había confesado el verdadero motivo de estar ahí. El resto seguía creyendo que todo era mera casualidad del destino, y que sin duda alguna yo era tan torpe como para perder a posta los trenes y acabar sin querer en un barco dirección Hoenn.
A ver, que sí, que era capaz. Pero no era el caso, había estado todo meticulosamente calculado, aunque lo mantuve en secreto porque me parecía menos vergonzosa esa verdad que la verdad sobre perseguir a un Latias.
Al parecer, además, Latios ya había sido encontrado, como me comentaban un par de jóvenes en el centro pokémon. Eso me dejaba con menos oportunidades, y menos tiempo. El reloj corría en mi contra.
Y, lo mejor que podía hacer en esos casos, era darle cuerda.
-Está bien, será mejor que busquemos algún rastro. Puede que no aparezca nunca, pero las probabilidades de no encontrar nada interesante son escasas.- Miré a Brasa, sonriendo.-Yo me centro en la banda Este y tu en la Oeste, y si ves algo me avisas
Brasa asintió, y comenzamos a caminar a paso lento observando todos los detalles del paisaje.
Pero era tan monótono...

-¡Ahí hay algo rojo!- Comente, observando en la lejania una pequeña mancha roja. En cualquier otra situacion tal vez me habia dado cuenta de que no podia tratarse de un pokemon legendario si apenas tenia diez centimetros de longitud y la hierba alta tenia poco mas de un metro de tamaño.
Pero intenta explicarle eso a una joven como yo, emocionada y deseando dar con un pokémon legendario que me hiciera destacar. O bueno, simplemente verlo.
Pensar que me conformaba con eso me hacía preguntarme mi grado de ambición en la vida.
Cuando ya estuve más cerca observé, como era obvio, que no se trataba de un Latias, sino de un pequeño Plusle que sonrió al vernos. Miré a Brasa, quien no parecía dispuesto a luchar, y rebusqué en el bolso.
-Eevee, usa excavar- Comenté. Recientemente había recordado que Eevee sabía ese ataque y que a los pokémon eléctrico (veáse por ejemplo Flaaffy, mi conejillo de indias) no le gustaban nada. No me costó mucho extrapolar los datos recogidos y comprender que era la mejor alternativa contra un pokémon eléctrico.
Eevee salió de la pokéball y comenzó a arañar el suelo, casi sin llegar a reconocer a su enemigo. Me sorprendió su dedicación, aunque también sabía que adoraba ese ataque.
Tal vez por eso me parecía la mejor elección para atacar a Plusle. Era muy dedicada en esos ataques.
PV 50 VS PV 50

Eevee se introdujo de lleno en el agujero, haciendo que Plusle mirara alrededor con gesto indeciso. Cuando quiso darse cuenta, el suelo temblo bajo sus pies y cayo al pozo que con tanto interés había cavado Eevee. En cuanto sus cuerpos chocaron, sin embargo, Plusle lanzó una descarga eléctrica que hizo salir a Eevee asustada del agujero.
- Venga Eevee, no seas asustadiza. Un segundo intento y ya verás qué bien- Propuse. Ella me fulminó con la mirada antes de asentir, y caminó hacia el agujero con gesto tranquilo, dispuesta a excavar otro túnel.
Era rápida. Los túneles eran pequeños y al cabo de un rato se derrumbaban, pero sin duda alguna se trataba de un método eficaz de trabajo. Normal que existieran tantos metros...

PV 35 VS PV 35

Plusle intento adentrarse tras Eevee en el túnel, tal vez para evitar un potente golpe. Sin embargo estaba lejos y me dio tiempo a alzar la voz y alertar a mi pokémon para que estuviera preparada.
-¡Eevee, va a por ti!- Grité, sintiendo cómo mi voz parecía desplazarse sin ningún impedimento lejos. Con el tiempo aprendería a controlar mi voz en distancias grandes, para no despertar a los pokémons que no debía, ni asustar a los que buscaba, pero sin embargo en aquel momento me pudo más la preocupación.
Eevee, sin embargo, también escuchó y, cuando Plusle estaba a medio metro de la entrada del túnel, el suelo volvió a temblar y Eevee saltó de él, atacando a Plusle hasta que éste último soltó un chispazo para apartarla.
-Usa excavar una vez más, Eevee- No sabía si sería la definitiva, pero al menos me parecía que el final iba a ser de mi gusto.
Al menos, eso parecía.

PV 30 VS PV 20

KO VS KO

Llevábamos un rato caminando sin rumbo fijo cuando ante nosotros aparecio un pokémon muy similar a una golondrina. No necesitaba ser una experta para reconocer a Taillow. El pokemon me miro con curiosidad, y luego extendio sus alas en señal de ataque.
Me encogi de hombros, la verdad es que pensaba pasar de largo (sobre todo porque todavia recordaba a Eevee tendida en el suelo, inmovil y seguramente paralizada, y lo que menos me apetecia era dejar a uno de mis pokemon en el mismo estado -sobre todo, tan rapido).
Pero no quedaba más remedio, y no quedó más remedio. Rebusqué en el bolso y saqué la pokéball de Pichu. Le gustaba atacar a los pokémon voladores, para desgracia de éstos, y me pareció un contrincante digno de una criatura tan pequeña.
Brasa gruñó.
-Ya verás a Flaaffy, no me seas tan acaparador- Susurré. Si fuera por él, ambos vivirían en la misma pokéball. Tenían una relación entrañable que, en parte, yo extrañaba.
Izz y yo seguíamos separadas, y eso dolía. Cada vez llamábamos menos y, cuando hablé con mis padres, ellos también estaban intranquilos. Solo esperaba que la distancia no hiciera más mella en nosotras.
Pero volvamos a la pelea.
-Pichu, usa Impactrueno- Susurré, teniendo al pokémon cerca. Pichu asintió y correteó hacia el Taillow, quien seguía con las alas extendidas en posición amenazadora.

PV 50 VS PV 50

Pichu esquivo el ataque del Taillow casi por completo, lo que me hizo en parte muy feliz al ver lo bien que se movia a pesar de ser tan joven. Saber que era yo la que habia conseguido tal cambio en pichu me hizo sentir orgullosa del pokémon al que había entrenado con cariño.
Además, su impactrueno fue bastante fuerte e hizo retroceder al Taillow. Sonreí. Parecía que con eso de que se le habían desordenado las plumas se le habían bajado los humos.
-¡Genial Pichu! Usa impactrueno de nuevo, no des tregua- Dije, haciendo que el pokémon eléctrico se girara y me sonriese. Parecía que le gustaban los halagos.
Bueno, cosa obvia, a quién no le gustan.

PV45 VS PV 30

Taillow sin duda alguna era un contrincante fuerte, pues a pesar de saberse en desventaja, lograba atacar con fuerza a Pichu, quien sin duda alguna estaba dominando el combate.
Claro, que Eevee también había dominado en su momento, y sin duda alguna podría repetirse la jugada. Era cierto que ahora la ventaja era mayor: Plusle atacaba a Eevee sin contar con ninguna desventaja y los ataques voladores de Taillow sin duda alguna eran mucho más débiles contra Pichu.
Aquello me quitaba un poco el miedo que tenía dentro.
-Está bien Pichu, acaba con él, utiliza Impactrueno- Comenté, sonriendo a la criatura. Pichu asintió con la cabeza y se abalanzó sobre el Taillow.

PV35 VS PV 10